Lo que Dios ha unido...

El Partido Popular de Jaén regala una imagen de unidad al resto de provincias en una cita congresual con carácter regional que supone la cuenta atrás hacia las próximas elecciones andaluzas

22 nov 2021 / 17:20 H.

Hay que remontarse décadas atrás para encontrar una imagen como la que acompaña a este texto, una fotografía en la que el aplauso está fuera de toda escenificación, detona sinceridad y un cambio de rumbo en el devenir de una fuerza política arrastrada por los conflictos internos y los contextos que tanto juego periodístico dan en la provincia, en Andalucía y, por supuesto, en España. El presidente del Partido Popular de Jaén, Erik Domínguez, se quedó sin voz después de un fin de semana congresual en el que recogió todo lo sembrado en un camino en el que la lluvia fina empieza a dar los frutos que tiene que dar. Los jiennenses están preparados para todo lo bueno, lo regular y lo malo que tenga que venir. Unidos, fuertes, con las ideas claras y algún que otro cabo suelto, atrás quedan las confrontaciones, los personalismos y esos tiras y aflojas que a lo único que conducen es a crear espectadores en el bando contrario.

Granada fue sede de un borrón y cuenta nueva, un reseteo necesario en el seno de una agrupación que siempre lo tuvo fácil para ganar en la capital y extremadamente complicado e inalcanzable en la provincia. Eran otros tiempos. Servido en bandeja queda el ejemplo de Andalucía. Ni que decir tiene que siempre resultó misión imposible conseguir el poder en el Gobierno autonómico y, casi cuatro décadas después, Juanma Moreno Bonilla, con el respaldo de Juan Marín y compañía, consiguió dar la vuelta a la tortilla en un bastión socialista referente. Hasta el rabo, todo el toro y, en política, no hay nada ganado ni perdido hasta que el ciudadano ejerce el derecho a elegir en las urnas a sus representantes institucionales.

Olvidados ya los malos ratos de un pasado demasiado reciente, la tribuna jiennense dejó claro que hay equipo, unidad de acción y discurso. No hay más que ver las imágenes de la intervención del presidente provincial en el congreso, capaces de poner los pelos de punta hasta al enemigo más íntimo del Partido Popular. Eso ya es otra cosa y, aunque en todas casas cuecen habas, el plato que ofrece San Clemente en este momento de la película poco se parece al que no hace mucho tiempo había que comer por narices. El trabajo tiene siempre su recompensa y, sin más leña que la que arde, no hay más que ver la composición del nuevo Comité Ejecutivo Regional para comprobar que el peso jiennense en el contexto andaluz toma fuerza con la incorporación de dieciocho representantes de todos los ámbitos institucionales, incluido el municipalismo, a los que se sumarán, en las próximas semanas, los que formarán parte de los grupos de trabajo del equipo del presidente, Juanma Moreno.

“Somos una familia convertida en la envidia para el resto de agrupaciones provinciales”. Así de tajante resume Erik Domínguez la experiencia vivida en una cita congresual que, por otra parte, supone la cuenta atrás hacia una nueva cita con las urnas antes de que se cumplan los cuatro años de mandato. Tiene que ocurrir un milagro para que no haya adelanto electoral y, en este sentido, las provincias se preparan ante la inminencia. La fecha más probable que se baraja no pasa de la primavera del próximo año. Juanma Moreno, según las encuestas, repetirá en la Junta casi doblando sus resultados respecto a los que obtuvo en diciembre de 2018, que hay que recordar que fueron los peores de su historia. Una victoria de los populares en Andalucía, el tradicional granero de votos del Partido Socialista, puede convertirse en el empujón definitivo para que Pablo Casado llegue a Moncloa en las próximas elecciones generales. De eso fue el congreso, un cónclave que salvó ruidos insalvables y sirvió de pegamento del bueno. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Escrito está en el Evangelio.

Asamblea de Jaén Merece Más para decidir un futuro inmediato

El fin de semana fue de ajetreo entre miembros de las plataformas ciudadanas que están dispuestos a dar el paso para, en el marco del movimiento de la España Vaciada, girar hacia la política con el fin de ganar peso en las instituciones públicas. No será fácil el camino, porque poner en marcha algo nuevo cuesta y, si es en Jaén, el doble. La asociación Jaén Merece Más celebra hoy su asamblea para pedir autorización a todos sus socios sobre el uso de este nombre que nació como colectivo ciudadano con fines meramente electorales. Quienes están al frente de este movimiento están convencidos de que hay mucho tiempo ganado si se utiliza “Jaén Merece Más” en un contexto autonómico, nacional y, quién sabe, provincial y municipal. Sin embargo, hay que convencer al resto de que esta es la mejor opción, y no otra, con el fin de que nadie se baje del barco y, sobre todo, que se hunda antes de comenzar a navegar. No es una cuestión baladí. Que el nuevo partido político se llame así implica una mayor representación de la plataforma de la capital sobre el resto y deja claro quién lleva la voz cantante en una organización que aspira a que la provincia consiga tener más presencia en los órganos en los que se toman las decisiones.

Salud Anguita continúa como portavoz de Vox

n Ya está decidido. Salud Anguita, concejala en el Ayuntamiento de Jaén, continúa como portavoz del grupo municipal de Vox. La dirección nacional decretó su inhabilitación por cuatro años y, aunque ella recurrió y consiguió reducirla a dos, su propio partido pidió al alcalde de Jaén, Julio Millán, su ingreso en el grupo de los no adscritos y el nombramiento de Manuel Ureña como portavoz. Llegó Vox hasta los juzgados y, sin embargo, no fue admitido el recurso judicial que era la única arma que quedaba para conseguir que Salud Anguita dejara de representar a esta fuerza política en el Ayuntamiento de la capital. Llegados a este punto, después de su reincorporación tras una baja médica, hay un decreto mediante en el que en el próximo pleno se escenificará su continuidad en la portavocía de un partido del que está expulsada. Cautelarmente, eso sí.