La Voz Autorizada

Francisco Reyes tiene el respaldo del noventa por ciento de las agrupaciones locales para continuar al frente de la dirección provincial del Partido Socialista. De él depende si hay relevo o no

11 oct 2021 / 18:15 H.

Nadie puede ocultar que el paso dado abiertamente por el alcalde de Marmolejo, Manuel Lozano, en busca de un relevo en la dirección provincial del Partido Socialista causó revuelo en el seno interno de una fuerza política que, elecciones tras elecciones, gana en una tierra en la que tiene el voto arraigado. La precipitación de los acontecimientos hizo, sin embargo, que la tortilla diera una vuelta de campana en lo que dura un suspiro y las agrupaciones locales salieran en tromba a respaldar al actual secretario general, Francisco Reyes, quien tiene el apoyo de más del noventa por ciento de la militancia para que continúe al frente del barco con un rumbo fijo: continuar la supremacía de la que disfruta en la Diputación y contribuir a la recuperación del mando de la Junta de Andalucía. Queda tela por cortar, porque desde esta foto fija del momento hasta la que se produzca el día del congreso provincial, allá por el mes de diciembre como muy pronto, puede pasar de todo. Sin embargo, lo que se mueve entre bambalinas es un relato de voluntades en el que el hilo principal de la historia dependerá de lo que quiera hacer él y nada más que él. Es decir, si el líder de los socialistas jiennenses piensa que debe continuar, irán todos a una.

O no. Queda por ver hasta dónde llegará el alcalde marmolejeño, porque hay que tener en cuenta en esta historia que si tomó la decisión que tomó es porque alguien le dio el empujón para hacerlo. Puede que ahora sienta más frío que hace unas semanas, pero el calor recibido por compañeros con sobrada influencia en la nueva dirección regional, en femenino o en masculino, le hizo conseguir las alas que necesitaba para volar. Por cierto, sirva de inciso el complicado papel que tiene la concejala y diputada de su municipio, Pilar Lara, que a ver qué dedo se corta que menos le duela. El caso es que las fuentes consultadas aseguran que Manuel Lozano no cuenta con el respaldo del secretario general del Partido Socialista en Andalucía, Juan Espadas, quien dio autonomía plena a la dirección provincial para que hiciera de su capa un sayo en la próxima cita congresual. Hay quienes lo intentan convencer para que se retire de una carrera en la que Francisco Reyes tiene el cariño, el respeto y la admiración de 103 de 109 agrupaciones para que haga lo que considere más oportuno.

Ni que decir tiene que, por si acaso, el relevo está perfectamente preparado, un equipo que lidera el diputado en el Congreso Juan Francisco Serrano, cabalmente relacionado con Madrid y Sevilla y con edad de merecer para el cambio en una nueva etapa. Sin embargo, el respeto al “jefe” está por encima de todo y, aunque prefiere no hablar en un momento en el que el protagonista no es él, en su entorno aseguran que no es partidario de tirar la fruta madura del árbol, sino de esperar a que se caiga de forma natural. Francisco Reyes prepara, mientras tanto, un proyecto potente, porque queda carrete para continuar con la fotografía de una vida política en la que, eso sí, se desvive por lo que pasa en los pueblos, está al lado de la gente y nadie le gana en energía. El tiempo dirá si su proyecto termina en un corto plazo de diez meses, cuando empiezan los preparativos de las elecciones municipales, antes de que la sangre de las primarias llegue al río o después, cuando ya esté todo el pescado vendido. El apoyo de los suyos lo tiene. Eso es indiscutible. En sus manos está el futuro de un partido que tiene voz y voto en el contexto andaluz y, por supuesto, nacional. Las nuevas generaciones están preparadas para la carrera. Hay cantera, hay relevo y la sucesión está garantizada. Transición, eso sí, tranquila, sin aspavientos.