La procesión va por dentro

Termina una Semana Santa concurrida desde el punto de vista político como escaparate perfecto para dejarse ver y darse a conocer en los prolegómenos de una intensa campaña electoral

11 abr 2023 / 15:00 H.

Lunes de Pascua. Terminó la Semana Santa más espléndida de los últimos años, con todas las procesiones en las calles por obra y gracia de un cambio climático que hace temer lo peor. Siete días de Pasión con callos en los pies de tanto caminar despacio delante y detrás de las imágenes más queridas por los jiennenses. Un comienzo de abril que significa la cuenta atrás hacia otro reguero de romerías para las que todos se preparan en ese no parar que significa estar a punto de entrar en campaña electoral. Todo en la vida es política, hasta los sentimientos que despiertan las históricas tallas que quienes se juegan su futuro en las urnas usan como escaparate cada cuatro años.

No hubo una festividad más concurrida que la que terminó justamente ayer. Tanto quienes aspiran a subir a la poltrona de lo público como los que buscan continuar, cambiaron el confort de la moqueta y la comodidad del despacho por ese raseo acompasado de movimientos ambiciosos que deja entrever que la procesión va por dentro. Los directores de las diferentes orquestas partidistas, de derechas o de izquierdas, incluidas las autoproclamadas de centro, se afanaron en elegir estratégicamente los barrios para colocar a sus representantes en el lugar en el que deben estar siempre, no sólo en Semana Santa, sino durante todo un año en el que las cofradías, harina de otro costal, también existen.

Importante estar en una procesión o en otra, llegar a tiempo para evitar monumentales enfados, seguir hasta el final y, con la inmediatez que exigen las redes sociales, colgar la foto del candidato, que es lo que ahora impera, para que sus potenciales votantes asimilen una onmipresencia tan necesaria como respirar. Las mejores galas, un semblante serio para la ocasión, miradas a diestra y siniestra y alguna lágrima derramada para un momento trascendental cada cuatro años.

El alcalde de Jaén, aspirante a continuar con el bastón de mando bajo las siglas del Partido Socialista, Julio Millán, protagonizó una auténtica maratón que, por cierto, nada tuvo que envidiar a su enemigo íntimo, Agustín González, centrado en incrementar el grado de conocimiento en una recta final que se hará más larga que un día sin pan. No basta con serlo, sino también con parecerlo. Lo dice el evangelio de Mateo: “Por sus hechos (o frutos) los conoceréis”. A unos y a otros, naturalmente. También sus respectivos séquitos estuvieron en una Semana Santa que, para algunos, sonará a despedida. Dicen que la mirada es el espejo del alma y, en este sentido, bastó con fijarse en las de quienes saben que terminan legislatura para darse cuenta de que duele tanto un final inesperado como los pies después de siete intensos días de auténtica pasión.

Desde consejeros (en femenino y en singular) hasta directores generales, concejales, alcaldes y diputados... Hubo de todo, como en botica, en ese discurrir por las calles de pueblos y ciudades convertidas en un paseo político. Hay que aprovecharlo todo, como el cerdo de una matanza, con tal de ganar votos cuando están cerca las orejas del lobo. Es el momento de darlo todo, de no escatimar gastos, de atender viejas peticiones vecinales, de prometer el oro y el moro y de estar a piñón fijo, por más chuzos de punta que caigan, para mantener el tipo hasta el final y rendir cuentas ante los partidos políticos, que son los que encubran y, a la vuelta de cambio, defenestran. Es la doble cara de la moneda del arte de hacer posible lo imposible, un instrumento tan importante como el comer que, bien usado, hará que los votantes confíen en quienes les representan por los siglos de los siglos. Amén.

Carmen Barrios dice que deja JM+ por motivos personales

Fue la vicepresidenta de Jaén Merece Más (JM+), una mujer clave en un partido emergente que, como todo lo que empieza, tiene sus tiras aflojas hasta conseguir modelar una directiva en la que encajen todas las piezas del puzle. Carmen Barrios estuvo, incluso, en la presentación oficial del candidato a la Alcaldía, Manuel Carlos Vallejo, aunque no en primera ni en segunda fila, sino de pie, junto a un pilar del salón en el que dio muestras de que estaba sin estar. Después, presentó su dimisión y, aunque hay quienes dicen que lo hace porque se siente apartada del centro de las decisiones, ella asegura que lo hace por motivos personales. En declaraciones a este periódico, por escrito, comenta: “Esta renuncia no es debida a tensiones internas de ninguna índole. Todo lo contrario, mi renuncia es consecuencia del alto grado de estima y responsabilidad que representa para mí dicho cargo, entendiendo que al día de hoy, en mis circunstancias personales, no puedo desarrollarlo con la diligencia debida y, por ende, sí que hay personas dentro de la dirección que pueden hacerlo de una manera más adecuada y efectiva, como se espera en un año electoral, donde es necesario una implicación al 200 por 100. No es un adiós, sino un hasta luego”.

EN CORTO. Candidata de Begíjar de Vox

Las vueltas que da la vida. Fue hace poco más de un año cuando los astros del Partido Popular, con el apoyo de Izquierda Unida, se alinearon para desbancar al Partido Socialista de Begíjar del poder. Se convirtió en alcaldesa Eufrasia María Martínez, quien arrebató el bastón de mando a Diego Soriano. Más tarde, en los prolegómenos de las elecciones municipales, una concejala de la bancada de los populares presentó su dimisión y pasó al grupo de los no adscritos. Águeda López, también presidenta hasta entonces de esta fuerza política, se presentará, ahora, por Vox a la Alcaldía. Pronto será bendecida por el partido de Santiago Abascal en una rocambolesca vuelta de tuerca que, a todas luces, beneficiará a quienes se quedaron en la cuneta después de ser los más votados hace cuatro años.