La hora del tranvía
Cerca de catorce años después del bloqueo orquestado por un alcalde del Partido Popular para paralizar la infraestructura, otro dirigente del mismo partido será quien la ponga en marcha
Están tan acostumbrados los jiennenses al paisaje de un trazado tranviario desierto, despojado de vehículos estacionados, que escribir de esta millonaria infraestructura hace correr el riesgo de que el lector pase rápido la página. En mayo se cumplirán catorce años de bloqueo de un revolucionario proyecto que fue modélico en cuanto a su construcción y que, nada más salir a la calle, se convirtió en el escaparate de las muchas vergüenzas de las que puede “presumir” Jaén. La falta de voluntad política, con tozudez personal incluida, encontró amparo judicial para que quienes lograron el poder, en ese paso obligatorio por las urnas, se salieran con la suya. La única mujer alcaldesa de la capital, la socialista Carmen Peñalver, cumplió su compromiso electoral en tiempo récord y su sucesor, el popular José Enrique Fernández de Moya, movió cielo y tierra para enterrar un tranvía que, en la actualidad, empieza a tener su merecido protagonismo.
Ya no hay lugar para el debate. Mientras hay ciudades europeas que intentan rascar euros de Bruselas para incrementar líneas y reducir el espacio para el vehículo privado, en aras de la sostenibilidad urbana, Jaén se las ve y se las desea para poner en marcha cinco kilómetros en convivencia con el otro modelo de transporte público, el autobús. Los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2025 serán la clave para la reactivación de un sistema que está llamado a contribuir al cambio de mentalidad de los conductores en una ciudad escasa de distancias. Doce millones de euros hay consignados para una línea que adquirió el carácter de metropolitano con una finalidad: que las competencias dejaran de ser municipales y pudiera meter mano el Gobierno autonómico, con arcas más saneadas que las que tiene el Ayuntamiento de Jaén. Los astros se alinean para que sea el Partido Popular, con vigilancia directa de Jaén Merece Más, el que ponga en funcionamiento el tranvía en el que el alcalde José Enrique Fernández Moya prometió no subirse.
Ya no hay excusas. Agustín González cuenta con el tranvía en el modelo de ciudad que tiene en mente para el presente y el futuro y necesita el respaldo de la Administración que le animó para estar donde está, la autonómica, para desbloquear un sistema abandonado y, curiosamente, poco vandalizado para el tiempo transcurrido desde su construcción. Arreglar los desperfectos del olvido costará esfuerzo, tiempo y dinero, quizás más del esperado, aunque la clave estará en la explotación. Hay ciudades, como Tenerife, en las que queda comprobado que la competencia entre el autobús y el tranvía no es sana, por lo que será fundamental que la misma empresa gestione los dos modelos de transporte público y, en armonía, establezca las líneas pertinentes para la conexión perfecta con los barrios.
Harina de otro costal es el aparcamiento de Vaciacostales. Ideado para despejar de vehículos la ciudad, se las tendrá que ingeniar la compañía tranviaria para dejar el estacionamiento a coste cero, con la condición de comprar el billete que llevará al usuario a una de las diez paradas que tiene el trazado de norte a sur. Otro asunto más: si hay cinco trenes en cocheras, sólo uno puede permanecer reservado para posibles averías, de tal forma que los otros cuatro tienen que estar en funcionamiento para que los tiempos de espera sean mínimos. Y una anotación más, a modo de recomendación: el transbordo. Si un estudiante, por ejemplo, llega en autobús de Peñamefécit hasta la parada del Museo de Arte Ibero debería poder subir al tranvía sin necesidad de pasar por la máquina expendedora, siempre y cuando no haya pasado un tiempo pendiente de determinar. Luego llegará el momento de las medallas, que también habrá quien las reivindique.
Termina el sueño del expediente de los Paisajes del Olivar
Ya sí es definitivo. Pueden dormir a pierna suelta los propietarios de las fincas incluidas en uno de los componentes en los que se dividió el expediente —el 14— para que el Paisaje del Olivar fuera declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad. Terminó el plazo para presentar los proyectos y, ahora, el Gobierno central tiene que mover ficha para no perder el tren de la oportunidad, porque un título como el que otorga la Unesco es carta de garantía para el turismo internacional. Lo intentó, hasta el último minuto, Francisco Casero, el presidente de la Fundación Savia, uno de los “actores” que más ha trabajado, en los últimos diez años, por conseguir que la candidatura andaluza saliera adelante. Hace unas semanas intentó por todos los medios convencer de la iniciativa —promovida por la Diputación Provincial de Jaén con el aliento de administraciones públicas, organizaciones agrarias, colectivos y universidades— al mismísimo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien envió a uno de los suyos para dar una respuesta que, al final, se tornó en silencio. Rectificar es de sabios, aunque hay trenes que pasan una sola vez y puede que otros territorios aprovechen la oportunidad para lograr una declaración universal.
EN CORTO. Cambio de rumbo en Ciudadanos
Nadie sabe qué pasará con Ciudadanos en las próximas elecciones municipales, un partido con escasa representación que, sin embargo, mantiene su “tirón” en la provincia. Lo que sí es público es que hay un cambio de rumbo en la dirección. El alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, deja la primera línea como coordinador provincial, un cargo en el que le sustituye Juan Sebastián Morales. Sin embargo, continuará en la sombra para intentar agotar todos los cartuchos de supervivencia de una fuerza política que tuvo su momento y que, ahora, está de capa caída. Pronto empezarán los movimientos de posicionamiento de alcaldes y concejales.