Juegos de malabares

La Junta se verá inmiscuida en una crisis de Gobierno si el Partido Popular no paraliza el modelo de financiación de Ciudadanos que pone en riesgo el futuro de la Universidad

14 mar 2022 / 16:41 H.

Hay un nuevo frente abierto en la provincia que tiene en pie de guerra a la sociedad jiennense. La Universidad de Jaén, que el próximo año cumplirá treinta años de historia, tiene amenazada su estructura por obra y gracia de un Plan de Financiación con el que la Junta de Andalucía tendrá que hacer auténticos juegos de malabares. No salen las cuentas en una institución que todos sienten como suya. La compensación esperada tras los años de recesión por culpa de crisis económicas y sanitarias habidas y por haber llegará en forma de recortes. No hay cláusulas de salvaguarda que puedan salvar el presente y el futuro de una tierra que tiene puesta toda la carne en el asador de este organismo académico. La imposición de criterios al albedrío del neoliberalismo hace que el que reparte se lleve la mejor parte y enciende los ánimos de una auténtica rebelión.

El rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, ajeno a las cuestiones de la política, se ve inmiscuido en una amalgama de decisiones que, entre bambalinas, cuece una auténtica crisis de Gobierno. Recuento. El Consejo de Gobierno autonómico aprobó un nuevo modelo de financiación para las universidades públicas en 2021 y dejó para 2022 el reparto de fondos en base a unos indicadores establecidos por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, la que lidera Rogelio Velasco, cartera que dirige Ciudadanos. Ahora llega el momento de aplicar unos baremos en cada una de las instituciones académicas andaluzas que a unas perjudican y a otras benefician. La misma vara de medir conlleva ventajas e inconvenientes dependiendo de la trayectoria y otros muchos factores que obedecen a la idiosincrasia de cada una. Ni que decir tiene que la jiennense sale perdiendo y, antes de que la sangre llegue al río, el golpe en la mesa se convierte en una necesidad imperiosa para abrir los ojos a quien trata de mantenerlos cerrados o, en todo caso, mirando hacia otro lado.

El caso es que Juan Gómez no está dispuesto a comulgar con ruedas de molino y su dimisión como presidente de la Asociación de Rectores de Universidades Públicas de Andalucía es solo un primer paso de otros más que quedan por llegar. Cierto es que son menos las que salen perdiendo que ganando, pero el mero hecho de que haya una sola que vaya a remolque es algo que no se puede permitir en un momento con visos claros de crecimiento y confianza en un Campus de las Lagunillas que es la única esperanza que tienen los jiennenses de desarrollo y progreso.

Ya tuvo que hacer juegos de malabares la Junta de Andalucía con aquel recorte presupuestario de 135 millones de euros que conllevó las críticas académicas de “El Show de Bertín” al que aludió el rector de Sevilla, Miguel Ángel Castro. Se vio obligado a calmar los ánimos el presidente, Juanma Moreno, con el anuncio de una inyección extraordinaria de 61 millones de euros de fondos Covid que se repartirán según el número de alumnos y que servirán para cubrir los gastos no previstos derivados de la crisis sanitaria. No se espera, ahora, menos. El problema toca de fondo a la clase política, de tal forma que hay consejeros del Partido Popular que intentan dar una vuelta de tuerca a los de Ciudadanos con el fin de paralizar un reparto de fondos que merma el avance y pone en riesgo la implantación de la Facultad de Medicina. Hay constancia de los movimientos del titular de Hacienda, Juan Bravo, con el respaldo de su compañero de Presidencia, Elías Bendodo, para convencer a Rogelio Velasco de que ese no es el camino. Y, en medio, silencios que hablan por sí solos y mordiduras de lengua que duelen. Malabares.

Revuelo en las redes sociales con una rectificación que llegó a tiempo

La política linarense anda revuelta con los juzgados como telón de fondo. Al veredicto del jurado popular contra Juan Fernández, cuyo futuro más inmediato depende de una sentencia, se une la polémica suscitada en torno a una moción de censura que, por ahora, está paralizada con una medida cautelar solicitada por la parte activa del equipo de Gobierno, formado por Ciudadanos y el Partido Popular. No se queda ahí la “cosa”. Las redes sociales fueron las causantes de otra disputa más “incendiada” por un mensaje escrito en el perfil del Partido Socialista de Linares en el que señalaban a la delegada territorial de Justicia, Raquel Morales, por su presencia en una de las manifestaciones contra la moción de censura. Fue ella misma la que tuvo que salir a la palestra para exigir una rectificación, porque no fue ella la que estuvo en la concentración, sino la responsable de Turismo en la Junta de Andalucía, Marián Adán. Tardaron en rectificar y, aunque al final lo hicieron, no hubo ni una sola disculpa hacia una delegada que, a pesar de ser de Ciudadanos, se ha mantenido al margen por respeto al sector que representa, que es el que tiene la última palabra en un asunto en el que hay precedentes judiciales.

Respaldo social cada vez más amplio

No está solo el rector de la Universidad de Jaén, Juan Gómez, en este nuevo frente abierto en el que se lo nota en el semblante que no lo está pasando nada bien. La recta final de su mandato se presenta lleno de obstáculos con un plan de financiación que coarta el crecimiento de una institución que respalda la sociedad jiennense. Hasta el propio alcalde, Julio Millán, tiende la mano al máximo dirigente en el Campus de Las Lagunillas. Los representantes jiennenses de los partidos que forman parte de la Junta de Andalucía se mantienen en silencio y, en la calle, se prepara la constitución de una plataforma de apoyo a la Universidad en la que hay catedráticos detrás que están inmiscuidos en el movimiento de la España Vaciada.