En la recta final

PSOE. Ángeles Férriz.

Semana definitiva. Quedan seis días para una cita con las urnas que se presagia histórica y, a medida que se acerca el Corpus Christie, los máximos representantes de los partidos que concurren a las elecciones autonómicas de la XII Legislatura de Andalucía arriman el ascua a su sardina e imploran al cielo el milagro del pan y los peces. La campaña más larga de las que se recuerdan, por aquello de que los prolegómenos fueron ricos en actos y fiestas de guardar, llega a su fin con miles de kilómetros recorridos y material audiovisual para unos cuantos largometrajes. Dicen que, en política, el último momento es el que cuenta, por lo que habrá que esperar al domingo para comprobar el grado de credibilidad de cada una de las encuestas. Mientras tanto, los candidatos jiennenses intentan darlo todo.

El uso de las redes sociales se impone en estos quince intensos días para no olvidar. Al farragoso engrudo y al cartel tradicional de las doce de la noche les salió un serio competidor convertido en aliado digital: internet. Se trata de una herramienta que todos, sin distinción de siglas y colores, procuran exprimir ante la evidencia de que es una alternativa ágil, eficaz, cómoda y sencilla para llegar al gran público, del que se encuentran a tan solo un clic de distancia. De esta forma, las más atípica de cuantas elecciones se han celebrado en Andalucía desde la constitución de la autonomía, este año se vive también a golpe de hashtag, donde los aspirantes a estar en el poder compaginan mensajes con los stories y miden sus votos en volumen de “Me gusta”. Basta con hacer un recorrido por las redes para saber dónde está cada uno de los hombres y mujeres que se presentan por Jaén, a qué hora empiezan la jornada y a qué hora terminan, incluso cuando llegan a casa y comparten esos momentos fugaces con quienes sufren las ausencias.

Internet, por un lado y, por otro, la calle. Algunos no pisaron un mercadillo en su vida y, ahora, conocen hasta el precio de la última ganga de moda. Así es la campaña electoral, un lugar en el que todos buscan la mejor fotografía para trasladarla hasta el último rincón de la provincia. Hay que tener en cuenta que en una tierra con noventa y siete municipios, tan diversa como rica, hay jiennenses que ni siquiera saben lo que es un “tuit”, por lo que la política del puerta a puerta tampoco se puede olvidar en pleno siglo XXI. Es la que mejor funciona, la del boca a boca, la de la recomendación del vecino que está bien visto, la que nunca suele fallar. El caso es que los candidatos hacen de todo y, fundamentalmente, viven fuera de sus hogares durante quince días de auténtico infarto. Algunos, incluso, se trasladan de provincia en provincia por el lugar que representan. Tal es el caso de los cabezas de candidatura del Partido Socialista y del Partido Popular. Ángeles Férriz es la número dos de la fuerza política a la que representa en Andalucía y Juan Bravo sigue como consejero de Hacienda y Financiación Europea. En el caldo y en las “tajás”.

Todos aprietan en el sprint. El Partido Popular necesita apoyo para mantenerse en el Gobierno, el Partido Popular puja por recuperar la gobernabilidad, Ciudadanos lucha por su supervivencia, Vox va a por todas, la izquierda busca su espacio y los nacidos en el movimiento social de la calle se estrenan con aires de éxito. La verdadera encuesta está por llegar. La movilización será la clave de un resultado que, eso sí, será bueno siempre y cuando no haya que repetir elecciones autonómicas.

PP. Juan Bravo.

Ciudadanos. Enrique Moreno.

Vox. Benito Morillo.

Por Andalucía. Carmen Barranco.

Adelante Andalucía. Inmaculada Manzano.

Son muchas las voces que asienten que, en el debate televisivo en el que se vieron las caras los seis aspirantes a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Juan Marín estuvo por encima de la media. Sin embargo, en el seno interno de Ciudadanos hay malestar por el mensaje que trasladó desde el principio hasta el final. No es que llegara a pedir el voto para el Partido Popular abiertamente, pero sí de manera intrínseca, por lo que nadie entiende que alguien que se presenta para ser presidente lo haga con la mirada puesta en ser socio de Gobierno, es decir, en una clara posición de perdedor. Hay quienes aseguran que se trata de una estrategia premeditada en la que Juan Marín, que públicamente habla de “realismo”, mira más lo individual que lo colectivo en el seno interno de un partido que no pinta bien en las encuestas.