Derroche de amor

Un año se cumple hoy de la gran caravana que sacó a los jiennenses a la calle en un derroche de indignación que, doce meses después, se traduce en una “pelea” por rascar votos

14 feb 2022 / 16:39 H.

Hoy hace un año de aquella demostración de amor por Jaén en una caravana en la que cupido hizo estragos. Los corazones se unieron en una protesta pacífica que significó un antes y un después en una tierra adormecida por el conformismo. Suena a reiterativo que el rechazo de la candidatura jiennense a un proyecto llamado a revolucionar económicamente la provincia, la base logística del Ejército de Tierra, fue lo que encendió la llama de la indignación ciudadana. El hartazgo por aquello de siempre lo mismo sacó las bocinas a la calle y los gritos pusieron a quienes están en política en sus asientos. La sociedad empezó a creer en las posibilidades de las plataformas ciudadanas como mecanismo de presión a las administraciones públicas para conseguir inversiones necesarias cuando la convergencia territorial se convierte en un sueño inalcanzable. Doce meses de propósitos y despropósitos que demuestran que el tiempo siempre pone las cosas en su sitio. Doce meses de idas y venidas y en el mismo punto de partida. Doce meses en los que la unidad ciudadana se desmoronó como el azucarillo en el café.

El espectáculo que, la semana pasada, regalaron las plataformas ciudadanas que se unieron para hacer fuerza puede ser valorado por cada jiennense al albor de su albedrío. En la libertad de cada uno está la libertad de los demás. No hay más que darse un paseo por las redes sociales para comprobar cómo las carga el diablo y, en resumidas cuentas, para lamentar que los objetivos con los que nacieron estos colectivos sociales se disiparon con el viento por culpa de protagonismos con camino a ninguna parte. Es lo que tiene la política. El caso es que la foto fija del momento ofrece una división sin precedentes que favorece las expectativas de los grandes partidos en los prolegómenos de una cita con las urnas que se estrenaron en Castilla y León. El movimiento de la España Vaciada en Jaén está hecho añicos. Recomponer el puzle será misión imposible. El trajín de mensajes resulta un tiroteo dialéctico en toda regla en el que afloran conflictos territoriales históricos y absurdos en el seno interno de una misma provincia, peligrosos egos y afán de protagonismo que eclipsan cualquier sana intención de trabajar por el futuro de esta tierra.

A las claras. La historia comenzó cuando la plataforma ciudadana Jaén Merece Más dio el paso, en asamblea, de su conversión en un partido político bajo el paraguas de la España Vaciada. Lo mismo que Teruel Existe, Soria Ya... Sus socios autorizaron el uso del nombre del colectivo para incluirlo en las papeletas que se confeccionarán con vistas a las próximas elecciones autonómicas. Sus máximos representantes tendieron la mano al resto de asociaciones de la provincia, reunidas en una coordinadora llamada “Levanta Jaén”, para que se unieran al proyecto. Fue ahí cuando estalló una batalla que, hoy en día, se libra en una tierra en la que la guerra debe ir por otro lado. El “no” por respuesta se tradujo en una asamblea alternativa en la que sus integrantes plantearon usar la nomenclatura de “Levanta Jaén” para otro partido político. La división se empezó a escenificar con la salida de colectivos de la agrupación provincial y tuvo su estallido el lunes pasado, en los prolegómenos de una reunión en la que había serias intenciones de acercar posturas.

Tan rocambolesco como suena, incomprensible resulta que hubiese pretensiones de unidad en aquella cita programada cuando, unas horas antes, un comunicado de prensa firmado por Levanta Jaén habló a las claras de las relaciones entre unos y otros y sacó a pasear interioridades sonrojantes para todos. Desveló secretos a voces que, puestos en negro sobre el blanco del papel, hicieron que la unidad del movimiento jiennense de la España Vaciada se rompiera por completo. La coordinadora de plataformas dejó claro en esa nota enviada a los medios de comunicación, pasadas las ocho de la tarde, que “Jaén Merece Más” no respaldó el nombre de “Levanta Jaén” y, sin embargo, seis de sus miembros se apropiaron de él hasta el punto de registrar y comprar sus dominios. ¿Por qué lo hicieron? La respuesta está en el aire, pero todo hace indicar que los servicios jurídicos recomendaron hacerlo para frenar el uso de ese nombre con fines políticos. Sirva de paréntesis que hay disposición para cederlo siempre y cuando los colectivos aprueben en asambleas, uno a uno, su transformación en partidos. Más secretos desvelados. La propuesta de la plataforma jiennense de que su voto tuviese más peso que el resto en el seno interno de la coordinadora provincial, en vista del tamaño y la magnitud de sus asociados, abonó el terreno para la ruptura, lo mismo que la imposición de la nomenclatura de “Jaén Merece Más” como las siglas de la España Vaciada en Jaén. El último párrafo del comunicado intentó reconducir una situación a la deriva: “Si bien, todos tenemos que asumir nuestros errores y aprender de los mismos, debemos ser conscientes, y así lo reivindica la ciudadanía, de la necesidad de una unión provincial entre ambos frentes. Para ello, Levanta Jaén manifiesta su plena disposición a trabajar en este objetivo, pero exigiendo humildad y respeto por parte de todos, sin líneas rojas, con transparencia y alturas de miras, dejando, como siempre, nuestras puertas abiertas”.

Sin embargo, las puertas están blindadas. Son tantos los ataques entre unos y otros en el patio de vecinos de las redes sociales que resulta imposible pensar que resurja el amor entre quienes un día sintieron que podían formar un proyecto de vida en común. Los jiennenses merecen respeto, atención y trabajo sin fisuras. Quien no esté a la altura de lo que reclama la calle es porque, quizás, no ve más allá de su propio ombligo. Feliz día de los enamorados.

Consejo de Gobierno en Linares

La celebración del último Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía en Linares fue un gesto repleto de contenido. En primer lugar, porque se trata de una ciudad que es mirada por el resto de la comunidad con compasión por lo que fue, lo que hoy es y lo que está llamada a ser. En segundo lugar, porque en ella se libra una batalla política que tiene a unos y otros con las espadas en alto. Y, en tercer lugar, porque el Partido Popular necesita el empuje institucional, en el ámbito provincia, en su sana ambición por conquistar la Diputación. Los linarenses estuvieron a la altura del gesto y, después del espectáculo sonado de la primera visita del presidente, Juanma Moreno, cambiaron las tornas e hicieron que en su nuevo paso por Linares recibiera cariño y respeto. Dejó claro que no es el momento de mociones de censura, sino de arrimar el hombro y acercar posturas para generar riqueza y empleo en una ciudad llamado a ser, de nuevo, el pulmón industrial y tecnológico de Jaén. Sorprende la tranquilidad de su alcalde, Raúl Caro-Accino, entre tanto embrollo. Las rondas de reuniones se prolongan.