Cuando el río suena...

Están las aguas tranquilas, aparentemente, en el seno de un Partido Popular en el que, sin embargo, hay quienes oyen el río sonar. Cierto es que el clamor por el cambio nació hace mucho tiempo y, a tenor de las circunstancias, sigue vigente, vivo y coleando. Empeñada una corriente en que la otra cierre etapa, las noticias internas se suceden en el seno de una dirección, la provincial, que hace todo lo habido y por haber por la cohesión territorial y el entendimiento entre las partes. Está claro que, aunque haya momentos de calma, las espadas continúan en alto, por lo que todo hace indicar que la situación, lejos de una tendencia idílica hacia la normalidad, se revuelve por la perseverancia de quienes promulgan un relevo. El revuelo por la incompatibilidad de cargos del presidente provincial, Juan Diego Requena, llega hasta el Comité de Derechos y Garantías del Comité Nacional en forma de firmas de militantes jiennenses, con DNI incluido, que quieren que alguien les explique por qué a uno sí y a otros no. La resolución del conflicto llegará en marzo.

Fue el pasado 14 de enero cuando se presentó un escrito en Génova, remitido desde Jaén, como continuidad a una carta que, en su día, remitió un afiliado, Miguel Andrés Oliván Lindo. En ella pedía al Comité Ejecutivo Nacional la aplicación del Régimen de Incompatibilidades que contiene el artículo 7.2 de los estatutos del Partido Popular: “La condición de diputado al Congreso o al Parlamento Europeo es incompatible con el desempeño de cargos de presidente o secretario general insular, provincial o autonómico del partido y con los de alcalde, presidente de la Diputación Provincial, Consell o Cabildo insular”. Eso sí, es probable la excepcionalidad, en forma de regalo, cuando están en juego los intereses generales del partido. Hay que tener en cuenta que Juan Diego Requena aspira, por el momento, a continuar en la Cámara Baja, en el Ayuntamiento de Santisteban del Puerto y en la sede de la calle San Clemente. Lo hace, además, con el beneplácito de la dirección nacional, que permitió en su día que así fuera y que, además, refrenda con una portavocía en el área de Energía en la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico recién salida del horno.

La acumulación de cargos tiene en pie de guerra al respetable y se convierte en la excusa perfecta en el derecho al pataleo que todo ser humano tiene en cualquier orden del día. Las firmas, sobre todo de militantes de la ciudad, ya están en Génova. Fundamentan su rúbrica en la necesidad de velar por lo que marcan los estatutos y en las comparaciones que, a veces, son odiosas. “Entendemos además que si al anterior presidente provincial del Partido Popular de Jaén, José Enrique Fernández de Moya Romero, no se le permitió continuar en su cargo como presidente y alcalde de Jaén en las mismas circunstancias que hoy nos ocupan, al tomar posesión de su acta, primero como diputado en Cortes y seguidamente como secretario de Estado, acatando y aplicándole lo dispuesto en el artículo anterior de incompatibilidades, estas mismas reglas deben regir igualmente para todos”. Argumento textual del que es consciente Juan Diego Requena, quien, ante su evidente constancia, contesta: “La primera semana de marzo se reúne el Comité Ejecutivo que, a petición del Comité de Conflictos, resolverá”. Por cierto, hay acuse de recibo de la Vicesecretaría de Participación.

Y, en medio de la marabunta, aparece Juan Bravo, el consejero de Hacienda de indudable valía, proyección y prestigio que, por el momento, no tiene en su agenda su irrupción orgánica. Sin embargo, como hasta el rabo todo es toro, habrá que estar atentos cuando, después de Granada, Huelva, Asturias y otras direcciones más, empiece el espectáculo en Jaén. Cuando el río suena...