Camino al andar

Francisco Reyes es proclamado secretario general del Partido Socialista en Jaén con vistas a un congreso que garantiza la continuidad de un gestor con más de treinta años de trayectoria

15 nov 2021 / 16:52 H.

La fotografía que acompaña a este texto corresponde a 1987, etapa en la que se estrenó en política un jiennense que la vida situó en el lugar en el que está. Empezó desde lo más bajo, en el municipalismo, esa fuente de la que están obligados a beber quienes se dedican a la gestión de lo público y, sin prisa y sin pausa, escaló peldaños hasta convertirse en el representante institucional y orgánico con más poder en la provincia. Francisco Reyes Martínez (Bedmar, 1962) está de actualidad desde aquel día que su mentor, Gaspar Zarrías, abandonó el bastón del patrocinio con una bendición que continúa vigente. Hoy, después de un proceso convulso que puso en tela de juicio su continuidad en la calle Hurtado, puede respirar tranquilo. La Comisión Provincial de Ética, tras el recuento de los avales necesarios en un procedimiento reglado y medido, lo proclamó secretario general del Partido Socialista en Jaén. El 11 de diciembre se celebrará el XV Congreso que refrendará la propuesta, nombrará nueva Ejecutiva, aprobará la Ponencia Marco y estrenará un camino que puede conducir hasta el final de otra etapa que, eso sí, todavía está por ver. No fue fácil llegar hasta el lugar y el momento. Las rosas están siempre rodeadas de espinas.

Maestro de escuela de profesión, cambió su ejercicio docente por el político y, después de una trayectoria que supera las tres décadas, quienes lo conocen saben que, para él, el día tiene más de veinticuatro horas. Imparable. Lo mismo está por la mañana en Santiago-Pontones que, por la tarde, en Sevilla. Su carrera es de fondo, lo saben bien quienes están con él y quienes estuvieron, porque no todos son capaces de seguir el paso de un hombre con más cuerda que un reloj. Concejal en su tierra natal, en la que están sus raíces y donde desconecta siempre que puede, alcalde entre 1988 y 1995, diputado de Turismo, delegado del Gobierno andaluz en Jaén, parlamentario nacional y, desde el 24 de junio de 2011, presidente de la Diputación Provincial de Jaén en aquella tranquila sucesión de Felipe López. Cargos institucionales que compaginó con obligaciones orgánicas como la Secretaría de Organización de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Jaén durante el periodo 1996-2000 y la dirección la Agrupación Local de esta fuerza política en Bedmar. Fue vicesecretario general en 2004 y, en 2010, llegó la oportunidad de dar el salto hacia el liderazgo en el que sigue.

Amigo y enemigo, porque en política hay de todo, como en botica, es experto en la restitución de las relaciones cuando la cuerda se tensa y ha conseguido que el peso que tiene la provincia en el socialismo andaluz y nacional se note en las más altas instituciones con jiennenses que ocupan lugares estratégicos. De antes y de ahora. Es normal que las miradas se fijen en Francisco Reyes cuando los gestos de otras administraciones públicas hacia una tierra con dolorosas estadísticas brillan por su ausencia. Ni que decir tiene que su principal escaparate como gestor está en la Diputación, el ayuntamiento de ayuntamientos que, a veces en solitario, lucha por transformar la realidad de una tierra que empieza a dejar de hacerse la remolona. No hay nadie como él que mejor promocione el turismo y el aceite de oliva. Al César lo que es del César, su empeño por la continuidad de los planes de empleo en el mundo rural extralimita competencias y sonroja a instituciones insensibles a una lacerante realidad. Le tocó bailar con la más fea en esta dura pandemia, estuvo en la cuerda floja en los prolegómenos de unas elecciones primarias frenadas a tiempo y, sin embargo, continúa en una senda que hay quienes piensan que será transitoria. Como escribió Antonio Machado, para él tampoco hay camino, se hace camino al andar.

La consigna oficial es que noviembre será el mes de las elecciones

Todos los delegados del Gobierno de Andalucía, incluida la jiennense Maribel Lozano, tienen la consigna de Sevilla de que jueguen con el mes de noviembre del año que viene como fecha probable de las elecciones autonómicas. Sin embargo, la oficialidad es una cosa y lo que está en la calle es otra. Puede que sea un adelanto técnico o cualquier otra denominación que se preste a la interpretación, pero lo cierto es que cada vez cobra más fuerza el mes de mayo. Ahí se deshojarán unas cuantas margaritas y, fundamentalmente, saldrá a relucir el futuro de Ciudadanos, que se debate entre la continuidad como candidatura en las urnas y la constitución de una unión con fines electorales en forma de un cuestionado experimento. También se conocerá qué pasará con los jiennenses que, inmiscuidos en el movimiento de la España Vaciada, preparan para la maquinaria para tener voz propia en el Parlamento de Andalucía. Lo cierto es que el tiempo apremia y hay partidos que, si no aceleran la toma de complicadas decisiones, no llegarán a tiempo no solo ya a las elecciones andaluzas, sino también a las municipales, empezando por el candidato del Partido Popular de Jaén, que mucho ruido y pocas nueces.

Suena con fuerza el nombre de Ana Cobo

Hubo un tiempo en el que estaba, pero no se le veía. Terminada su etapa como delegada del Gobierno en Jaén, se centró en la empresa privada y, aunque se considera socialista “hasta la médula”, se retiró de la palestra de lo público. Hasta ahora. La linarense Ana Cobo empieza a estar en el candelero. El área de Recursos Humanos de la Diputación Provincial de Jaén, actual propietaria del Parque Científico Tecnológico de Geolit, la designó como directora adjunta del Área de Empleo y Empresa de este espacio empresarial y, en el último congreso regional, estuvo en el centro de todas las fotografías. Su nombre suena con fuerza como candidata a la Alcaldía de Linares y, aunque ella lo niega por ahora, también reconoce que, en política, siempre puede haber sorpresas.