Cambio de rumbo

18 nov 2019 / 08:54 H.

Empieza una nueva etapa para el Partido Popular de Jaén. Las elecciones generales celebradas hace tan solo una semana refrendaron a un presidente provincial que luchó en silencio, con el aval del trabajo y la lealtad, contra quienes se frotaban las manos con unos resultados que sirvieran de alfombra roja para salir de la sede de la calle San Clemente sin necesidad de pisar más charcos. Juan Diego Requena, que goza del privilegio de compatibilizar la presidencia de esta fuerza política con el Congreso de los Diputados, marca un cambio de rumbo en un escenario que, exento de novedades importantes, tiene un significado muy especial. Quienes alzaron la voz para pregonar su salida de la direccion provincial nada más cerrar los colegios electorales, tendrán que “achantarla mui”, porque todo parece indicar, en la foto fija del momento, que no hay congreso extraordinario a la vista y que la consolidación del equipo acaba de empezar.

La fotografía del viernes puede dar fe del cambio de rumbo. La salida de Javier Márquez del Ayuntamiento de la capital, por aquello de una “persona, un cargo”, abrió la puerta al estreno de un escenario donde la pretensión de unos y otros es cerrar capítulo y abrir uno nuevo en el que el titular de la película sea “Todos a una, como Fuenteovejuna”. A las claras. Mal estaban las relaciones entre el grupo municipal del Partido Popular y la dirección provincial y, a partir de ahora, la idea es que los alumnos no den un paso sin que lo autorice el maestro. Y, en este caso, el maestro no es otro que Juan Diego Requena, dispuesto a mirar hacia adelante sin echar la vista atrás. No ganaron los populares en ninguno de los 97 municipios que componen la provincia, pero la lectura que realizan es la del crecimiento electoral, una responsabilidad que les alienta a dar un horizonte a un centro que quedó huérfano de padre. El mensaje de cercanía a la gente y a las necesidades reales de la provincia caló en una campaña electoral que tan solo estuvo descafeinada por el caché, porque no se recuerda otra, en tan poco tiempo, en la que se organizaran más actos en un solo día.

El reto de recuperar el Ayuntamiento de Jaén marca un antes y un después en las relaciones entre unos y otros, conocidas por todos en un partido que, tradicionalmente, acostumbraba a lavar los trapos sucios en casa, pero que, ahora, son tiempos nuevos y todo cambia. El caso es que Manuel Bonilla será, a partir de ahora, el portavoz de esta fuerza política en la Administración municipal, un cargo que fue refrendado por sus propios compañeros y que cuenta con el beneplácito y la bendición de la dirección provincial. No es que la vida, de pronto, sea de color de rosa, pero sí está claro que una mano de pintura de vez en cuando siempre viene bien.

Quienes estuvieron en aquella reunión del famoso viernes pueden dar fe de que la intensidad marcó una hoja de ruta que no ha hecho más que empezar. Es bueno hablar a las claras, contraponer ideas y llegar a la diversidad de las conclusiones. Forma parte de la democracia interna de un partido que, quizás, estuvo necesitado de ella y que, en un momento en el que la derecha se fragmenta en una realidad que a nadie favorece, abrir ventanas y airear habitáculos es la mejor estrategia para que todo fluya. Ni que decir tiene que Juan Diego Requena se siente respaldado por las direcciones nacional y regional y que la compatibilidad de cargos fue mucho más que un regalo de bodas. Continuar en la presidencia y afianzar un liderazgo bastante cuestionado es, por el momento, el camino marcado por una fuerza política que, en resultados electorales, está entre las veinte mejores de España en una tierra, además, de fuerte arraigo socialista. Tendrá que dejar la Alcaldía... Más se perdió en la guerra.