A por la número 12

La historia demuestra los vuelcos históricos producidos elección tras elección, los respaldos recibidos para coger el bastón de mando y las alianzas posibles para mantenerse en el poder

16 may 2023 / 17:27 H.

Es importante conocer la historia, en la foto fija del momento, para saber de dónde vecinos y hacia dónde vamos. La campaña electoral, además de para escuchar promesas que se disipan con el viento, sirve para reflexionar antes de depositar el voto en la urna, un acto de responsabilidad extrema con el que luego hay que ser consecuentes. ¿Cómo votaron los jiennenses desde 1979 hasta 2019? Las hemerotecas dicen que todavía perdura el recuerdo de la primera corporación democrática con Emilio Arroyo como primer alcalde, bajo las siglas del PSOE, respaldado por Manuel Anguita y Pilar Palazón, del PCE y PSA, respectivamente, dos piezas clave para el funcionamiento de la maquinaria municipal en un momento difícil por las expectativas que se abrían y por el mucho trabajo que estaba por hacer. En la oposición, UCD, liderado por Luis Miguel Payá, quien ganó las elecciones y, sin embargo, no pudo gobernar.

Hasta 1989 estuvieron los socialistas en el poder, con José María de la Torre como sucesor del primer alcalde tras la refundación democrática de una ciudad que empezó a despegar y a recuperar la capitalidad y el esplendor perdidos. Sin embargo, una moción de censura hizo que los de Alianza Popular metieran cabeza en un Ayuntamiento en el que se estrenó Alfonso Sánchez Herrera con el respaldo del ahora extinto CDS. Las crónicas de la época revelan una dialéctica de alto voltaje en aquellos plenos municipales en los que los jiennenses estaban por encima de la política. La tendencia comenzó a invertirse a principios de la década de los noventa del siglo pasado, cuando en las elecciones autonómicas de 1990 el Partido Popular (marca nacida tras el congreso-refundación de Alianza Popular en 1989) superó por vez primera en votos al Partido Socialista en la capital, aunque con una diferencia casi anecdótica, con 17.892 votos frente a 17.470. El margen siguió ajustado en las que se celebraron en 1991, pero la aritmética quiso que fueran los socialistas los que cogieran, de nuevo, el bastón de mando, con José María de la Torre en el edificio de la Plaza de Santa María gracias al beneplácito de Izquierda Unida.

A por la número 12

Superada la primera mitad de la década de los noventa, la diferencia entre las fuerzas políticas mayoritarias se acentuó. De esta manera, lo que había sido una sucesión de derrotas dulces a partir de las autonómicas, se convirtió en una debacle en las andaluzas de 1994, en las que el PP casi dobló en votos (28.857) al PSOE (15.466), en parte por el ascenso que en esos años experimentó Izquierda Unida. La cosa cambió en 1995, cuando Alfonso Sánchez Herrera, en la primera vez que concurrió como cabeza de lista, consiguió el título que ya nunca dejó, porque incluso después de fallecido continuó como el alcalde de todos los jiennenses. Fue holgada la mayoría absoluta que, después, repitió un candidato totalmente desconocido que, sin embargo, arrasó en las urnas. Se trata de Miguel Sánchez de Alcázar, quien repitió éxito en la siguiente convocatoria y garantizó la ausencia de sobresaltos para un Partido Popular que también tuvo sus tiras y aflojas internos en el seno de la calle San Clemente.

La revolución política quedó garantizada, no obstante, con la llegada de la primera mujer a la Alcaldía de Jaén. Apoyada en el bastón de Izquierda Unida, Carmen Peñalver consiguió dar la vuelta a la tortilla en un Ayuntamiento necesitado de aire fresco que, a la postre, terminó devolviendo al Partido Popular el poder municipal a los cuatro años. José Enrique Fernández de Moya fue el octavo alcalde desde la restauración democrática y, aunque repitió en 2015, la irrupción de nuevas siglas en el panorama municipal disipó la posibilidad de repetir mayorías absolutas. Javier Márquez cogió el testigo a principios de mandato y, en su prueba de fuego en 2019, las circunstancias hicieron que los socialistas de Julio Millán, con el respaldo de Ciudadanos, gobernaran. Hasta hoy.

La crónica anunciada de un tranvía que está a la deriva

Dicen que el tranvía fue el motivo por el que la primera mujer que tuvo la capital como alcaldesa, Carmen Peñalver, perdiera las elecciones municipales de 2011. El proyecto estrella con el que llegó a la Alcaldía le costó el fracaso y, desde entonces, una infraestructura que revolucionó la ciudad en tiempo récord parece maldita. Su sucesor en el cargo, José Enrique Fernández de Moya, se estrenó en el sillón de mando con aquella frase lapidaria de “Yo jamás subiré al tranvía” y, desde entonces, nadie ha conseguido poner en funcionamiento una inversión millonaria de la que alguien se tendría que sentir responsable. Ni Javier Márquez ni Julio Millán, uno del Partido Popular y el otro del Partido Socialista, consiguieron desbloquear un proyecto que genera, a estas alturas, división de opiniones en una ciudadanía que calla mientras usa las vías como aparcamiento gratuito. El Gobierno del cambio en Andalucía se comprometió, en su primera legislatura, a poner en marcha el tranvía y, aunque la teoría dice que los pasos dados fueron de gigante con respecto a la acción de sus antecesores, lo cierto es que la práctica demuestra que la Junta no dará el definitivo hasta que no haya alguien en la Alcaldía de su partido.

EN CORTO. Después de un escaparate llegará otro

Terminó una de las Expoliva más internacionales de todas las que se recuerdan y, con los zapatos llenos de polvo, empieza una campaña electoral que promete dar guerra política entre los dos grandes partidos que rivalizan en una convocatoria en la que la clave está en lo que pase con Ciudadanos y con Jaén Merece Más. Juega con ventaja, en el caso de la capital, el candidato que tiene la Alcaldía en su mano, Julio Millán, con instrumentos al alcance de su mano como la apertura de la galería comercial de Jaén Plaza, reservada para el 25 de mayo, tres días antes de la cita ciudadana con las urnas. Después de un paseíllo como el de Expoliva, llegará el de un centro comercial abierto a plazos y con una pandemia por medio.