100 días... y 500 noches

23 sep 2019 / 21:15 H.

Parece que fue ayer cuando se dieron un “sí quiero” que a muchos cogió con el pie cambiado. Cien días... y quinientas noches, como canta el paisano Joaquín Sabina, porque esto de gobernar una ciudad desde el mismo campo de batalla regala libertad absoluta para eternas noches en vela. Cien días, con periodo vacacional incluido, en los que la política de brazos cruzados brilló por su ausencia. Cien días de ritmo frenético en asuntos de candente actualidad que generan debate ciudadano, enfados monumentales y algún que otro atisbo de regocijo por el olor a cambio. Cien días de duro rodaje entre dos partidos políticos que, en el fondo y en las formas, hicieron piña y que, salvo detalles más propios del arte de sacar punta a las cosas, funcionan como un mismo equipo. El Partido Socialista y Ciudadanos cumplen hoy cien días de gobierno en un Ayuntamiento con más frentes abiertos que un tribunal de Justicia.

El alcalde de Jaén, Julio Millán, no de deja de asombrar con sus acciones. Sorprendió mientras se fraguó un pacto en el que, sigilosamente, se salió con la suya y sorprende, ahora, con movimientos que entroncan claramente con la política de continuidad que imperaba entre sus antecesores. El caso es que no sale de una cuando ya está metido en otra. Lo cortés no quita lo valiente y, sin lugar a dudas, nadie le puede arrebatar la potestad de haber cumplido con una de sus promesas electorales: contactar con los agentes sociales, escuchar sus peticiones y, sobre todo, tomar decisiones. Será complicado generar confianza en una ciudad demasiado acostumbrada a que todo siga igual y bastante necesitada de movimiento. Sin embargo, los cien días de mandato municipal ejemplifican otra forma de hacer política, eso sí, con errores propios de principiante. Julio Millán subraya la agilización de las licencias de obra, la recuperación de la Gerencia de Urbanismo, la revisión del plan de peatonalización, el desbloqueo de las obras del Jaén Plaza y, sobre todo, el marcaje de un nuevo tiempo en las relaciones con otras administraciones públicas. No había pasado un mes de su investidura cuando ya se había reunido con el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, algo que no consiguió, por ejemplo, José Enrique Fernández de Moya con Susana Díaz durante toda su estancia en la Alcaldía. Si el tranvía se pone en marcha en 2020 será porque se empiezan a notar esos ansiados aires de cambio. Julio Millán demuestra que no solo mira a Sevilla, sino que en su hoja de ruta también está Madrid. La reunión con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, es solo el preámbulo de otras muchas más que llegarán en los próximos meses, porque si cien días dieron para tanto, da vértigo pensar lo que puede dar un mandato completo. El incendio de Onda Jaén y la incertidumbre de sus consecuencias, la patada al World Pádel Tour o las pretensiones de nulidad del contrato de la empresa de los autobuses son las principales patatas calientes del comienzo de una legislatura en la que el alcalde tendrá que agudizar el ingenio para que la gestión de los resultados no le queme en las manos.

Su socia de Gobierno, María Cantos, centra su balance en el esfuerzo y el riesgo que corrió Ciudadanos en la capital para formar un gobierno con pretensiones de unidad sobradamente demostradas, hasta ahora, en cuestiones en las que tiene que primar el interés general.

La buena sintonía impera en una gestión diaria a la que se sumó, en un principio, el Partido Popular. El exalcalde, Javier Márquez, empezó con mano tendida y, ahora, enfunda el hacha de guerra política por aquello de no tirar piedras sobre su propio tejado.

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26 de mayo. Se celebran las elecciones municipales y el PSOE se convierte en la lista más votada, con once escaños. Necesita el apoyo de otras fuerzas políticas para gobernar sin sobresaltos y, esa misma noche, María Cantos, de Cs, le felicita.

27 de mayo. Se produce el primer contacto teléfono entre Julio Millán y María Cantos. El socialista invitó a la líder de Ciudadanos a un emplazamiento, más pronto que tarde, para buscar un entendimiento por el bien de la capital.

11 de junio. Mientras María Cantos lucía su traje de pastira en la procesión de la Virgen de la Capilla, Julio Millán dice que recibe una llamada de la dirección nacional de Cs en la que le dan vía libre para formar Gobierno con la fuerza naranja.

12 de junio. Ciudadanos Jaén niega la existencia de la directriz nacional y promueve un “pacto a la andaluza”, en el que se habla, incluso, de reparto de Alcaldía. Sin embargo, la filtración de un audio de Francisco Díaz rompe las negociaciones.

13 de junio. La balanza se inclina a favor de Julio Millán. El socialista recibe una documentación de Cs en la que exponen sus peticiones, algo que no aceptó, aunque sí se mostró dispuesto a hablar.

14 de junio. Empezó el día con una nota en la que Julio Millán zanjaba la negociación con Cs y terminó con una cita, a puerta cerrada, entre el PP y Cs, a la que acudieron Javier Márquez, Javier Carazo y Miguel Segovia. Salieron por “peteneras”.

15 de junio. Todavía no había amanecido cuando Julio Millán y María Cantos quedaron en verse en el Ayuntamiento, horas antes de la toma de posesión, para firmar un acuerdo programático en el que ya no se hablaba de condiciones.