Vota tú, voto yo, que da igual el voto

27 oct 2019 / 11:48 H.

Es de perogullo que el “señor Jota” es de la generación de la EGB, aquella de suspensos, bienes y notables (lo de más arriba nunca lo alcanzó, dicho sea de paso) y a ella se agarra como clavo ardiendo cuando en esta sociedad pacata, llena de eufemismos y palabras tan políticamente correctas que pierden el sentido, se pone a calificar a diestro y siniestro. Así las cosas, ahora que queda una barbaridad de tiempo para las elecciones del 10-N y quizá nadie se dé por ofendido (esa es otra, la habilidad de escabullirse de algunos el día que dan las notas) hay que proclamar que la clase política está suspensa, sin excepción alguna, suspensa, suspensa, pero suspensa... Si llevamos 4 elecciones en 4 años (solo generales, conste, no cuentan autonómicas, municipales ni europeas), el problema del fracaso no es de esta sociedad, es de sus representantes. Aunque total, para que todo quede igual...

De vez en cuando el “señor Jota” se va al diccionario no vaya a ser que meta la pata y, en este caso, la Real Academia de la Lengua Española fija, aclara y da esplendor cuando se le pregunta por la palabra suspenso: “Que está o se queda por un momento confuso y desconcertado y no sabe lo que debe hacer, pensar o decir”. La han clavado los sabios del lenguaje desde que Cervantes y el Imperio del Siglo de Oro nos hicieron universales, porque esta clase política española que nos convoca a los españolitos el 10 de noviembre (unos por acción y otros por inacción y, la mayoría, porque los aparatos orgánicos del bipartidismo tienen que comer todos los meses) ni sabe ni piensa, que es lo peor. No sabe porque es mejor ser estómago agradecido y vivir del pesebre (“Con satisfacción/ como quienes saben/ como quienes tienen en su puño la verdad/ bien apresada para que no escape/ y con orgullo/ como vigilantes de vosotros mismos/ domináis a lo largo a lo ancho de la tierra/ vosotros vientres sentados”; Luis Cernuda, hace más de medio siglo). Y mejor no pensar, que todo los no den, y olvidar la gran verdad que dijo Normal Cousins, periodista y político norteamericano: “La muerte no es la mayor pérdida en la vida; la mayor pérdida es lo que muere dentro de nosotros mientras vivimos”. Con todo, que nadie se llame a engaño que esta crónica de fin de mes ajusta cuentas con todo bicho viviente, incluso del mismísimo “señor Jota” consigo mismo y se autocrítica (eso de la crítica constructiva es un grandísimo eufemismo) y apela al genial Víctor Hugo: “Entre un Gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una complicidad vergonzosa”... Y otra más: “Para triunfar en la vida necesitas dos cosas, ignorancia y confianza”, decía Mark Twain, que traducido al sistema público de enseñanza significa: Progresamos adecuadamente, nos decimos los ignorantes, je, je. ¡Vivan los cangrejos y su caminar!

muy personal

Salvador Allende, político chileno: “La historia los juzgará”
Y decía más: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Dedicado a los que excluyen y a los que se imponen por la fuerza, no de la razón.

Álex Milla, chef de cocina: “Hay gente que piensa que en Jaén se come poco y se paga mucho y con nosotros los clientes repiten”.
¡La nueva cocina jaenera sabia y ricamente distinta!

Aitana Cazalilla, ganadora de Olivavoz: “Tengo pensamiento de llegar lo más lejos posible, dentro y

fuera de Jaén”.
¡La nueva generación sabe y empuja!

adivina...

¿A qué empresa de Jaén, que ha ganado un concurso importante en Madrid, le han dicho en Jaén que no tiene nivel?

adivinanza...

¿Que asociación, en boca de todos, ha recibido un papelito donde la citan para una querella por opinar lo no opinable?