Verdiblanca es nuestra bandera
Segunda entrega del “señor Jota” este 2024, acogiéndose a la grandeza poética andaluza de Carlos Cano > Un nacionalista andaluz
Tiene Andalucía una luz que reverbera en toda la península ibérica y es Andalucía algo más que un lugar en el mapa, porque de ella nace un sentimiento tan abierto que entiende la cultura como convivencia y mezcla, apasionada tierra que ha visto vivir gentes de aquí y de allá y hace grande la ciudadanía del mundo en su acepción global de mestizaje que nos forjó distintos y grandes, únicos y auténticos. “Amo mi tierra,/ lucho por ella,/ mi esperanza/ es su bandera,/ verde, blanca y verde...” cantaba Carlos Cano una década antes de la autonomía que ahora nos identifica y nos enorgullece. Para el “señor Jota”, si Blas Infante es el padre de la patria andaluza, la esencia y el pellizco, la identidad y el sabor de una tierra inconmensurable tiene mucho que ver con el cantautor Carlos Cano y su duende, su voz es la voz de todos nosotros, su poesía, magia pura verdiblanca inolvidable.
Escribía Carlos Cano antes de morir que Andalucía “sabe que un olivo es amor, sueño, refugio de pájaros, Dios, lucha, alimento y revolución del alma” y no hay mayor soneto de pertenencia a una tierra que hacer de la grandeza de nuestro más preciado árbol la identidad de toda una patria, la andaluza a través de la matria de las olivas que forjan la savia como sustento de todo un pueblo. Qué cantor Carlos Cano, qué orgullo rememorar su obra como bálsamo inmortal, qué felicidad la de este hombre sintiéndose brote de la misma tierra, sin excusas y tampoco sin alharacas. Fue universalmente conocido por su música, sus coplas y sus pasodobles y a quienes le seguimos siendo imberbes entendimos de primera mano su incluyente nacionalismo andaluz, el auténtico por identitario, el que derrocha amor y tiende siempre la mano sin mirar a quien, el que permanentemente acoge; ni excluye ni es supremacista ni materialista ni convenenciero.
Así lo piensa el “señor Jota” en esta entrega de fin de mes acogido en el regazo de esa generación que denunciaba a los señoritos de las tierras abandonadas que vivían en Madrid y glosaba a los braceros y a los emigrantes como dignos hombres y mujeres que buscaban el pan donde no lo había. Sin Carlos Cano o los jiennenses Antonio Mata y Paco Segura, nuestra rabia contra las injusticias no hubiese sido musicalizada ni el hambre y la miseria habría tenido voz tan portentosa como necesitada de cambios sociales y culturales a través de su compromiso social. Ya no es así Andalucía, afortunadamente, lo que ahora nos oprimen y deprimen son las dos velocidades a las que caminamos unas y otras provincias. Es la asignatura recurrente y crónica de una tierra “hospitalaria, mestiza, heterodoxa, universal y moderna, que levanta los brazos al cielo como una diosa, y el mundo entero se detiene para contemplarla”, glosaba también Carlos Cano.
Andalucía entiende su identidad desde el mestizaje y la mano tendida.
Andalucía alza los brazos al cielo como una diosa, escribía Carlos Cano.
Agatha Cristhie, escritora británica: “Aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir siempre hacia adelante”.
> Nada como caminar y caminar...
Osamah El-Rubaidi, neurocirujano: “Tenemos que transmitir permanentemente a nuestros jóvenes los valores esenciales del ser humano”.
> ¡Ejemplo claro y fiel de mano tendida!
Inmaculada Herrador, directora Fundación Estrategias: “Jaén es hoy mucho mejor que hace 25 años: la Fundación ha servido para que sea de las provincias más estudiadas”.
> ¡Picar y picar en la mina y sale la veta!
> ¿Sobre quién recae en Jaén la culpa de la ausencia de un premiado por esta tierra en las medallas de Andalucía de Sevilla?
> Su jefe daba una rueda de prensa contra el adversario y él le mandó un mensaje al contrincante: “No estoy de acuerdo”.