Un símbolo, una identidad menos
La factoría de “La Imora” no fabricará este año tercios de Navidad >> La multinacional Heineken está en su derecho, pero nos deja huérfanos >> Recórcholis, se nos escapa todo
Cuando acababa noviembre empezaba la Navidad en Jaén, no por el alumbrado de El Corte Inglés, que llegó tardío a nuestra ciudad, era porque en los bares te encontrabas una cerveza única e indentitaria, una idea de un genio inolvidable como Antonio Trujillo, también con genio, pero especialmente por su sabiduría se dsitinguió siempre la vida y obra de este jiennense universal. Fue él quien inventó la cerveza de Navidad de El Alcázar en los lejanos 80. Una empresa puede decidir por su bien, que su cuenta de resultados es legítimamente suya, no debemos entrar en disquisiciones, pero sepa Heineken que nos hemos quedado huérfanos con esa decisión de acabar con la legendaria tradición de ofrecer a su tropel de múltiples y abnegados clientes una cerveza de Navidad nacida y criada en la fábrica de la Imora. La echaremos de menos, no cabe duda.
Un símbolo, una identidad menos, recórcholis que a Jaén se le escapa todo, este año hasta Casa Paco sucumbe a los tiempos modernos que lastran las señas de identidad propias de una ciudad que dejó escapar un teatro en pleno centro para dar brío al cemento y que no es capaz de construirse a sí misma una obra emblemática que la identifique, aunque, al menos, nos legaron el castillo de Santa Catalina que vigila la ciudad y se convierte a diario en llamativa centinela de quienes transitan de norte a sur por la autovía hacia Sierra Nevada o hacia la Costa del Sol; tierra de paso, es nuestro sino. Igual que es ventura inseparable que pase lo que pase no pase nunca nada. Dicho con soniquete musical, me lo han leído alguna que otra vez, esto que pasa en Jaén es porque el pasodoble no se acaba nunca, todos bailando, entretenimiento general y así pensamos menos. Siempre habrá alguien que cuando pare el tocadiscos, lo enchufe con otra canción, mismamente los mismos que han dejado pasar, al menos, un tirón de orejas a una empresa señera y con dividendos amplios como Heineken, por dejarnos sin cerveza de Navidad. Jaén estaba enganchada a sus tercios recios y con brío, que ahora nos quitan sin avisar, ea.
Lo que nos vemos...
Petición directa y clara, el Banco de Alimentos cifra en 20.000 los jiennenses que necesitan ayuda diaria y llama a la solidaridad. Son necesidades básicas, no estrambóticas ni deseos caprichosos de quienes nada tuvieron o de quienes se quedaron sin nada con la crisis de antes y con la que ha sobrevenido con la covid-19. Es la Jaén que no vemos (o no queremos ver), es la Jaén silenciosa que no corta calles ni escribe pancartas, asume con resignación su destino y deberíamos, sí o sí, tenderle la mano.
... Y la que se barrunta
Comidas con un porrón de gente, sin mirar precios y desde ya, la gente quiere divertirse y no va a dejar pasar otra Navidad sin juntarse con los compañeros de trabajo, con los amigos de toda la vida, con los nuevos amigos, con el grupo de padres y madres del cole, de la natación o del taekwondo del niño y de la niña. Es la estampida general, lo cual alegra a cualquiera y sorprende, también, que no se está esperando a que pase la primera quincena, desde primeros de diciembre hay ya reservas hechas.
Adolfo Suárez, expresidente del Gobierno: “Pertenezco por convicción y talante a una mayoría de ciudadanos que desea hablar un lenguaje moderado, de concordia y conciliación”.
¡Un político de Estado, ya en desuso!
Luisa Guerrero, servicios sociales: “Los mayores vuelven a la normalidad poco a poco, que es como decir que están volviendo a la vida”.
¡Que sufrimiento en estos dos años!
Arturo Molero, dibujante: “El humorista debe hacer pensar y llorar con sus creaciones a quien le sigue”.
¡Traza vida y alegría en cada una de las viñetas que hace!
¿Que empresa que trabaja en los grandes centros comerciales de Madrid abre negocio en el mundo del aceite?
¿Será cierto que algunos técnicos cobran a cooperativas hasta 70.000 euros por el aceite de primera prensada?