Resetear no solo el ordenador

Es la primera crónica de 2024, un encuentro más de una larga historia de secuencias vivenciales con Jaén por protagonista y con el viejo Santo Reino enriquecido como sociedad, catapultado en las últimas décadas de una sociedad anclada y ensimismada, pero, a la vez, tristemente lastrado en cuestiones vitales como las comunicaciones, la empresa y la misma cultura. No podemos arrancar el Año Nuevo con el lamento, más aún un día después de la ilusión del Día de Reyes, pero por reconocerlo no debe ser criticado uno, mucho menos si siempre, en todo momento y en cualquier circunstancia ofrece manos y hombros para tirar de un carro distinto al que nos ha traído hasta aquí. Ni la locomotora nos interesa ni tampoco el cordel quebradizo con el que se ahormaron nuestras conciencias para sacar adelante elecciones tras elecciones. Es el momento de resetear la vida en común. Es la hora de Jaén, Jaén no puede ni debe esperar, ya llevamos demasiado tiempo con tiempos verbales sustantivados a fuego en victimismo y resignación, mas apatía y falta de combatividad, no nos duelan prendas reconocerlo.

Porque está escrito de siempre, dicho en campaña electoral y, a la par, la música que acompaña la vida jaenera de antaño y de ogaño que vendría a tener como estribillo, aquí se vive genial, nunca pasa nada, ni malo ni bueno ni regular, aquí puedes echarte a dormir que nadie te abochorna aunque tus traspiés sean más que sonados, de bochorno mismo, verbigracia, “la cobra del AVE”. Pero con todo y pese a todo, reseteémonos nosotros mismos, lo primero, para reclamar lo que no reclamamos, la misma atención a Jaén que a las provincias hermanas. Este cronista duda que otra ciudad andaluza, por no ir más lejos, hubiese tenido un tranvía parado, ya con 4 alcaldes después de su puesta en marcha y luego judicialmente paralizado. Elegida la principal de las motivaciones, vivir donde nacimos o vivir donde la vida nos trajo y la tierra fue nuestra también, es hora de dar el paso, alzar la voz como sociedad civil y convertir Jaén, entre todos, en algo más que un lugar maravilloso e inolvidable, también digno, muy digno.