Querido ministro, no nos abandone

Somos dejados para nuestras cosas, ya lo sabe usted, señor ministro, pero no somos mala gente, como también ha podido comprobar en su dilatada carrera de servidor público, en Madrid y en Andalucía. Vamos a lo práctico, a lo que mejor sabemos y los líos de vender, pues eso, que es un lío del montepío y los italianos siempre nos engañaron y a nosotros, con vender un céntimo más caro que la cooperativa de enfrente, pues ya nos dábamos por satisfechos; trampa incluida. Todo esto bien que lo conoce usted, igual que conoce Bruselas y los antiguos vericuetos de la OCM y ya barrunta lo que nos viene con la PAC tras el Brexit y los grifos cortándose, amén de que la manguera ahora tiene que regar a los países del este de Europa, recién entrados en la Unión Europea. Ya somos 28 y no una decena como cuando España entró con plenos derechos en 1986 y Jaén se inundó de Nissan Patrol con las ayudas olivareras.

Señor Planas, hoy será ratificado como ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, lo cual es una buena noticia para Jaén. Nos conoce, nació en Valencia, pero su primer destino como inspector de Trabajo fue Córdoba y conoce esta tierra olivarera como pocos. Parlamentario andaluz, consejero, diputado, ministro y tantos años en Bruselas de la mano de Pedro Solbes y Manuel Marín nos llevan a determinar con claridad que usted sabe lo que se trae entre manos y podríamos afirmar que nos tiene cariño y no nos va a dejar en la estacada. Es por ello que ahora que retoma mandato en un gobierno tan grande y de coalición, nadie le rechistará cuando diga algo sobre agricultura y subvenciones comunitarias, tan primordiales para que la Jaén vaciada no se siga vaciando. Cierto que no hemos hecho los deberes porque no queremos hacerlos, que siempre estamos a la espera de Papá Estado o Mamá Junta que nos salven mientras en otras provincias la revolución del sector olivarero pasa por setos y regadíos, sin olvidar nunca la plusvalía que genera un producto del que somos primer productor en el mundo y aquí no nos luce. Con un tirón de orejas y más unión, amén de su ayuda, tendremos garantizadas las rentas otros añitos.