¿Qué hará Jaén Merece Más?

Hubo un tiempo, ya escrito en estas crónicas, donde la ‘joya de la Corona’ no tenía las ínfulas de ahora, motivo de una encarnizada y sorprendente lucha política por uno de los ayuntamientos más endeudados de España. Eran las legislaturas de las mayorías absolutísimas socialistas en Diputación y las del PP en Jaén, con lo cual, acuerdo más o menos tácito por el reparto del Poder en una tierra que ha sido y es granero socialista. Tras el 28M no se puede hacer mejor análisis que los buenos alcaldes del PSOE han sostenido la bandera roja ante un tsunami que anuncia cambio de ciclo y tendrá la mejor prueba el 23J con unas elecciones generales donde los alcaldes no tendrán el lastre de Moncloa, es Sánchez quien se examina. Pero volviendo a la actualidad local, la pregunta no es otra que si Jaén Merece Más tiene claro algo.

Es sorprendente que Jaén Merece Más esté dando tumbos y niegue incluso el cortejo. Es la llave del Ayuntamiento por una continua y continuada política del Gobierno de turno, arrinconando el progreso y el desarrollo de Jaén si se tienen en cuenta las inversiones en otras provincias hermanas. Ese ha sido su manantial de adhesiones y votos y pese a que esperaban los 5 concejales que extrapolaban las autonómicas de 2022, e incluso siete, una locura, pero en política hay que ir de farol siempre, deben darse por satisfechos porque serán quienes “partan el bacalao” en el Ayuntamiento de Jaén. De ellos depende quién será el alcalde porque si optan por la continuidad de Julio Millán se supone que manejarán inversiones y políticas de crecimiento, además de nuevas formas de ejercicio en el Poder, del que tanto hablan y, si se van a la derecha y optan por dar la Alcaldía a Agustín González, su trabajo es el mismo, dotar a Jaén de una capitalidad que Madrid y Sevilla le han ido negando en grandes y provechosas infraestructuras. Lo curioso es que se oyen claras las voces en Jaén Merece Más que reniegan de formar parte de un equipo de Gobierno y solo quieren votar lo que vean apropiado de unos y de otros, o sea, el principio de su fin político.