Playa, sí, y Jaén entero y mochilero

Hay tantos jaenes como provincias tiene España, no hay mejor definición: “Un país en una provincia”, ese maravilloso artículo del escritor jiennense Emilio Lara que debería ser estudiado en clase y que todos los escolares lo memorizaran como algo único e identitario. Es desde ahí, en la cuna del saber con los maestros como guías de vida además de curriculares, cuando se aprende lo que no se olvidará jamás. En esas estaba estos días el “señor Jota”, descifrando el jeroglífico del viejo Santo Reino, en rincones casi inexpugnables, mochila al hombro, cuando le asalta la duda metódica de si hacemos lo que debemos de cara a que explote de verdad el sector terciario como motor de desarrollo. ¿Por qué esta interrogante en plena canícula y vacaciones? Porque hay poca gente en pueblos y ciudades; la montaña está casi vaciada de turistas.

Barrunta el “señor Jota” que algo está pasando si rememora la eclosión del turismo de interior, Naturaleza y montaña, cuando aquello que tenemos tan lejano y es tan cercano su efecto, como la covid-19, llenó de ilusión a la provincia entera. Lo recuerdan como algo único los hosteleros y sirvió para saber realmente hasta dónde podíamos llegar en esto del sector servicios como palanca en la que apostar el futuro de Jaén. No es igual este 2023 que 2020 o 2021, se lo asegura este cronista impenitente de aventuras cercanas. Y hasta lo dice TurJaén, que lo achaca a los propios periodistas que despiden turistas anunciando las olas de calor, lo cual es, cuando menos, sintomático del devenir histórico de una tierra olvidada: Aquí nunca pasa nada y cuando pasa, la culpa es del otro, no de uno, relata convencido el “señor Jota” escribiendo estas líneas de despedida de julio con los pies en el agua helada de la Fuente de los Ladrones, arroyo Tornillos del Gualay, muy cerca del la ribera más desconocida para los propios jiennenses, la del Guadalentín. Sea lo que quisiesen que fuere, lo que realmente es Jaén, a tenor de lo que describen grandes viajeros, un espacio natural en verde como no hay otro en el mundo, con unas posibilidades de desarrollo turístico que no deja de ser incipiente, año tras año, con lo cual, algo estará haciéndose no en la línea adecuada (eufemismo para decir que las políticas yerran) amén de que al verbo y al sustantivo del menos gente que nunca, habría que añadirle el verdadero sujeto, es decir, si los propios hosteleros actúan realmente o sólo se quejan, como normal fundamental de la resignación, la falta de combatividad y el victimismo de la Constitución jaenera patria. Llegado este punto, el “señor Jota” lo tiene medianamente claro, porque sigue fiel una las enseñanzas del Dalai Lama: “Una vez al año viaja a un lugar en el que no hayas estado”. Que sea Jaén, además de la playita rica.