Nuestra ganadería sana y ecológica
Sale la ganadería a la palestra por unas declaraciones del ministro Garzón, a ver si es cierto que se cuida a la ganadería extensiva >> Los ganaderos de Jaén son un claro ejemplo >>
Viene diciéndolo la Fundación Savia y su impenitente mentor, una de las personas que más cuida, con dichos y hechos, a la Andalucía rural, Francisco Casero. Hay que cuidar la ganadería extensiva de nuestros pueblos, especialmente los pueblos del interior, los más alejados de las rutas de la modernura, porque de ellos depende que crezcamos sanos y fuertes, que no seamos generaciones perdidas en alimentación basura, lo que luego repercute en carne de cañón médica y hospitalaria. Debería haber un debate social que dejara claro que el futuro de nuestros pueblos pasa por la fijación en el territorio de una población cuyos hábitos saludables son el fundamento de la dieta Mediterránea y debería quedar claro que la ganadería extensiva, la de la Jaén trashumante, sí, la ganadería intensiva, la que concentra ganado en granjas gigantes, no, no y no.
El ministro Garzón tiene una cruzada contra la carne y más allá de que hemos de cuidarnos como personas responsables que supone que somos, aviva un debate político del que sale perdiendo su partido y el Gobierno, como percha de los palos en la que se ha convertido por sus estentóreas declaraciones. A Jaén le viene bien ese pinchar en la llaga de la sociedad consumista, pero habría que centrar el debate y que no se quedara en fuegos de artificio de los ciclos electorales que se avecinan y de la política barriobajera a la que nos tienen acostumbrados nuestros dirigentes. Jaén tiene una ganadería extensiva basada en el pastoreo ancestral, que previene incendios forestales, redunda en la belleza de nuestros paisajes y cuando se acaba, por cansancio de los pastores que sacrifican su vida y el precio no les renta, el territorio entra en degradación. Nuestra ganadería es ecológica, que las ovejas, las cabras y las vacas (también el ganado bravo) repercute en nuestro medio ambiente a unos niveles que ya quisieran apropiarse algunos países de la vieja Europa y en España, teniéndolo tan vivo y de tan buenos resultados, resulta que lo desatendemos y casi se podría decir que lo vemos como un problema, cuando es nuestro futuro, el futuro de la propia Humanidad.
Carlos de Pablo Maroto
Fue el inventor del “Rossini” y la sonrisa eterna tras una barra, con el desaparece el tabernero clásico de Jaén, amable y atento, con carácter también, que sabía darle a cada cliente y en cada momento lo que quería. No es fácil el oficio de hostelero y más en los años en los que Carlos y su mujer, Alfonsa, echaron a andar “La Barra”, un templo de los aromas y el buen yantar, además de un museo vivo de nuestra vida a través de objetos que no deberíamos olvidar. Descanse en paz don Carlos, 90 años de bien.
Las comarcas se vacían
No hay una sola comarca de la provincia donde crezca la población, en todas disminuye en ese chorreo lento que cada vez vacía más la Jaén vaciada ya de por sí en los años 60 y 70, los de la diáspora sangrante de jiennenses por España. Seguramente que la clase política dirigente se quede con otro dato, también señalable, que en 21 de los 97 municipios ha crecido la población y así podemos mirar hacia otro lado en un drama del que solo podemos salir, paradójicamente, con fibra óptica y wifis potentes.
John Milton, poeta inglés: “No lo negaré, pero la mejor disculpa contra los falsos acusadores es el silencio y el sufrimiento, y los hechos honestos contra las palabras deshonestas.”
– ¡Quien calla, a veces, no otorga!
Yolanda Ortiz, poeta: “Mi cuerpo ocupa/ poco a poco/ el tamaño de mis antepasados/ hombres y mujeres hechos de tierra (...) la palabra de tu boca en mi boca/ carne compartida somos”.
– ¡Entrañas puras ‘nacidas’ en Jaén!
Ana Toledano, poeta: “Me confundo. No sé si sumar tres o restar dos/ pero luego te asomas a mi vida/ y todo se me vuelve siete”.
– ¡Poema Contigo ‘maquinado’ en Jaén!
Aparece como el gran ganador, pero resulta que en varios lugares ya cuentan los días para su salida
Toda la vida defendiéndola de marrones y ahora la política le hace ‘tragar unos sapos’ inimaginables