No somos nadie sin todos, ayudémonos

Hablar de vacaciones suena a moral afrenta, pero la vida seguirá su curso y unos días nos marcharemos a algún sitio >> Que sea un pueblo de Jaén, las Seychelles o Nueva York para otra ocasión, ahora hombro con hombro >> #YoEsteAñoJaén

10 may 2020 / 11:17 H.

Hace dos meses les hablaba de solidaridad, cercanía, colaboración y civismo y a un día de que la vida vuelva a empezar a ser como antes, con reuniones de hasta 10 personas, que podamos viajar por la provincia o dar el pésame en los velatorios, les vuelvo a hablar de lo mismo, pero desde otra óptica, la que nos da de comer. Jaén entra por derecho propio en la Fase 1 de la desescalada, porque se lo ha ganado con su respeto a las indicaciones gubernativas y porque sanitariamente ha sabido contener los demoledores efectos de la pandemia, más visibles en otras provincias andaluzas hermanas. No nos abandonará el covid-19, incluso se habla de varios repuntes hasta que haya una vacuna, pero no podemos estar escondidos siempre, hay que salir y afrontarlo con las medidas de distanciamiento social que nos dictan.

Así las cosas, no hay lugar a la duda ni al requiebro para quitarse de en medio, tampoco cerremos los ojos para no otear el horizonte que ya palpamos y nos provoca un nudo en la garganta: No somos nadie sin todos, ayudémonos. Es la hora de la solidaridad y la cercanía, la colaboración y el civismo entre congéneres que ayudan a quienes lo necesitan, pero que empiezan por los que más cerca tienen. A la Jaén abandonada por la Historia (siempre estuvo abandonada de sus próceres) no la ayudará más que sus moradores. Y si la semana pasada hacía una súplica desgarrada a la política que cuenta con presupuestos para que ayude a las empresas de aquí no a las que cotizan en el País Vasco o a los autónomos de aquí no a quienes franquician un nombre y explotan un falso marchamo jiennense, hoy debo hacerlo a ustedes, en persona y en familias. Nos hemos quedado en el paro, hemos sufrido un recorte en los salarios, no sabemos qué pasará realmente con la economía porque Papá Estado no tiene ‘teta’ para todos, pero al menos la cosecha de aceituna no será mala y en algún momento decidiremos escapar de vacaciones. Cierto que otros muchos nunca las tuvieron, pero permítanme que hoy mi cántico por Jaén convertido en soberana apología hernandiana de jaeneros altivos, sea para demandarles que se dejen este año de las Seychelles, de Bali, de Nueva York, de Marruecos, de Cancún o las mismísimas islas Caimán. Jaén, sus pueblos y sus aldeas, sus ciudades, tienen que ser necesariamente nuestro destino único, ya sean sonadas aventuras en ríos o montañas, busquemos rica gastronomía o recia cultura. No olvidemos que esta tierra verde y seca de lagartos y desiertos, de frondosos valles e inigualables encrucijadas de caminos lo tiene todo... Y, además, te necesita. #YoEsteAñoJaén