No hay mejor savia y orgullo

Frente al tremendismo reinante y la ilógica realidad de que todo lo que nos pasa es merecido, hay que fijar la mirada, siempre, en todo momento y en cualquier circunstancia, en las cosas importantes, aquello que trasciende el día a día y la actualidad de un tuit o un titular internáutico que se convierte en “trenging topic” (lo más visto y leído en las redes) por algún algoritmo raro, además de desconocido e impropio de la misma condición humana. Subraya el “señor Jota” este aldabonazo a la conciencia y puyazo a la indecencia en la que vivimos para subrayar el valor que tiene la gente que labora sin esperar nada a cambio, la misma gente que vive a nuestra vera y que la vemos a diario hacer lo que saben, cosas sencillas pero extraordinarias, cosas que a la postre trascienden el entorno para servir de faro a quienes, a veces quizá, caemos en el desánimo particular y colectivo.

No hay más que fijarse en los Jiennenses del Año, no hay más que recrearse en la claridad con la que proyectan su forma de entender la vida para asumir como propia una máxima que no debería ser secundaria: Jaén tiene un potencial que ya quisieran otras provincias, Jaén es capaz de todo y de lo mejor y a las pruebas se remite el “señor Jota” cuando llegan estos galardones que nacieron en 1984, o sea, hace un ratillo largo. Son unos Premios que ahí están frente a tempestades y malfarios, ante la duda metódica de que todo es malo en Jaén, que lo que pasa en Jaén no es más que fruto de su resignación y su victimismo. Es tanto lo positivo, tan privilegiado es vivir aquí y sentir aquí, que los sueños se hacen realidad de forma permanente, no hay nada más contrastable, fuera agoreros, no se cansará de proclamar el “señor Jota” que imberbe vio nacer estos galardones tan imitados y que canoso ahora describe en la senectud como una de las buenas nuevas de esta provincia. Porque de su ejemplo de trabajo y decencia y honorabilidad podemos y debemos aprender, porque de su forma de encarar las adversidades hay un claro ejercicio de buscarle la salida a todo, porque no tienen otra filosofía de vida que caminar por la senda de la rectitud, qué gran palabra, qué grandeza conlleva. Son los Jiennenses del Año santo y seña de esta provincia, ha leído una y otra vez este cronista sobrevenido de fin de mes, pero la verdad es que solamente por el hecho de que es un Jurado representativo de la sociedad, plural y territorial, igualitario y capacitado, quien los elige le da ese valor tangible de que no hay otros iguales. “Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo”, escribía Julio Cortázar y al “señor Jota” cada día se le aparece en sus sueños una imagen poderosa de Jaén dirigiendo su destino que él mismo dibuja con renglones de esperanza inquebrantable.