Lluvia que no llega, agua que falta

Dicen los expertos que cada década se produce un periodo de sequía a la que los periodistas le ponemos el ‘apellido’ de pertinaz y rememoramos la de mediados de los años 90 como una especialmente cruel para nuestro campo. Tierra rajada, árboles secos y pantanos bajo mínimos, ahí está la hemeroteca para confirmar una memoria que ya forma parte de nuestro devenir, tal cual nos los plantean ahora los meteorólogos. Ha caído apenas media docena de litros esta semana, en una lluvia casi pareja por toda la provincia que viene a cambiar el ambiente, pero que no supone tan siquiera un alivio. Bienvenida sea siempre, pero si la lluvia no llega en abundancia el campo... El olivar de secano está perdido, la dehesa de las sierras vírgenes de Jaén empieza a decir adiós a árboles centenarios y pronto llegarán las restricciones de agua potable.

Estamos a mediados de noviembre, hasta hace unos días íbamos en mangas de camisa por la calle y ese sofoco reinante aumentaba con una tierra cuya temperatura no se registraba en los anales estadísticos de la Meteorología andaluza ni española. Jaén es cabecera de cuenca y manantial de riego para la Andalucía baja, sus pantanos están pensados para surtir otras provincias y la gran pregunta es si todo sigue así, por qué han de abrirse las compuertas de los embalses cuando en el viejo Santo Reino la estampa es desconocida por mucho que sepamos que la sequía es cíclica. No conocíamos otoño como el que vivimos, el invierno está a la vuelta de la esquina y los pronósticos son los que son, que mucha DANA, incluso fenómenos huracanados en el Atlántico que llegan convertidos en borrasca a la península ibérica, pero por el Sur, nada; si acaso, como siempre, la sierra de Grazalema, en Cádiz, y poco más. Con lo que necesitamos el agua, con la vida que da la lluvia al campo, con la de animales que bajan del monte a las carreteras en busca de comida. Miramos para otro lado, estamos entretenidos con la guerra y sus consecuencias en los carburantes, más la subida de los tipos de interés y no cortamos el grifo para ahorrar.