La guerra que aún no ha empezado

02 feb 2020 / 11:22 H.

Hay sensibilidad plena, por no decir puñeterío profesional periodístico, en convertir toda reunión de gente que pide algo en una guerra sin cuartel contra todos, donde se ejemplifiquen con fuego y armas improvisadas hasta dónde somos capaces de llegar. Sucedió este jueves, con una imagen regional y nacional de la movilización del sector olivarero que dista mucho de lo que realmente pasó. Hubo bloqueos en las autovías, sí, algunas con exceso del tiempo pactado, sí. Hubo fuegos en el asfalto, sí, para que se visualizara el drama del olivar, sí, pero no pasó nada más. Ni nada menos, porque la recolección se paralizó por completo y las organizaciones agrarias pueden estar satisfechas de cómo respondió la gente del campo. Altercados aislados, claro, y contados en detalle engrandecen la jornada del jueves, donde Jaén clamó como nunca. No, definitivamente no, lo de las carreteras cortadas no fue una guerra de guerrillas ni una barricada violenta como nos han hecho ver los periódicos regionales y nacionales. Viendo algunos parecía que estaba pasando aquí como en Cataluña cuando las calles ardían y los Mossos miraban para otro lado. No, ninguno de los periodistas de esta casa vio que nadie atacara a nadie, ninguno vimos a gente con barras de hierro o palos al viento en señal de guerra y anunciando el fin del mundo. No, eso no es periodismo, aunque las fotos queden espléndidas y merezcan un premio, eso es desinformación y emponzoñamiento, querer colocar la foto buscada y por tanto manipulada como ejemplo de lo que pasó un segundo obviando el resto de horas que se bloquearon las principales carreteras de Jaén. Ciertamente que los automovilistas vieron bloqueados sus derechos a ir donde les plazca y cuando les plazca, en algunos lugares en exceso, hay que decirlo y no esconderlo, pero es un detalle y una queja de cientos de bloqueados, el quid de la cuestión es que Jaén, habitualmente resignada y ausente en combatividad y convicción de unidad de acción ha dicho basta. Ya nada será como antes. La guerra no ha empezado, que mantener la vela de la exigencia encendida es responsabilidad de todos. Hay que seguir por este camino, hacer visible cuanto más lejos mejor, que aquí hay una provincia que depende del olivar y que vende su aceite a miseria. El campo está harto, muy harto de la manipulación y el desprecio de las multinacionales y los intermediarios que nos llevan directamente al hambre y a la muerte paulatina de nuestros pueblos. Ver cómo se vende por debajo de precio en las grandes superficies es algo que ningún Gobierno debería permitir, comprobar cómo se humilla a las cooperativas necesitadas de dinero y temerosas de tragarse el aceite de los socios ofreciéndoles compras muy por debajo de lo dos euros es algo que nuestros políticos no deberían consentir. Ni nos callen ni nos llamen lo que no somos.

muy personal

Eduardo Chillida, escultor español: “Un hombre tiene que tener siempre el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo”
¡Siempre dignos!

Francisca Jiménez, Alcaudete Solidario:
“Sabemos que hay familias que necesitan ayuda y no la piden”.
¡La cara más cruel de la pobreza, no tener pero no pedimos por el qué dirán!

David Broncano, humorista: “Un día mi hermano me animó a escribir un monólogo. Lo mandé a Paramount Comedy, les hizo gracia y ya rodó todo”.

¡Ha colocado a Orcera y a Jaén en el mapa de España!

adivina...

¿Quién esta detrás del vídeo documental que recorre como la pólvora las redes sociales sin que haya denuncia aún?