El ser o no ser de la Jaén ajada

23 feb 2020 / 12:01 H.

No habrá otra, es el momento, a quien se ponga a pensarlo seriamente, una gota de sudor frío le recorrerá las mejillas desde la misma frente y se aposentará en el suelo con estruendo vacuo, una mezcla de silencio infinito y demoledora realidad que recorrerá nuestras entrañas. A Jaén le quedan pocas oportunidades y la puñalada de los precios del aceite supone algo más que nuestro ser o no ser. Para el “señor Jota”, quisquilloso como pocos y siempre apresto al detalle más nimio, han conjurado las estrellas, rezan al unísono los planetas y el cielo mismo mira ensimismado a una tierra abnegada y trabajadora, entregada y sumisa, a la que si le quitan el pan, la sal cegará sus ojos y sus manos ajadas ya no servirán más que para volver a coger las maletas y, de nuevo, por Juanito Valderrama, entonaremos la canción de “El Emigrante”. “Ser o no ser, esa es la pregunta. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia?” Lo escribía hace cuatro siglos William Shakespeare y a Jaén se le asemeja cual fanega de olivos centenarios de dos pies, retorcidos y secos, ajados de tanto frío y tanta chicharra cantándole año tras año al bochorno de agosto... “Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia”. Está escrito en Hamlet por el universal escritor inglés y a Jaén le asaltan las mismas dudas, camina por la indecisión permanente de no contrariar para no ser contrariada... “Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar qué sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga”. Acostumbrada Jaén a la resignación y a la falta de combatividad y con los sueños nunca conjugados ni en primera persona del singular ni en primera persona del plural, hay razones evidentes y de nosotros mismos mana la propia infelicidad de los tiempos vividos y los tiempos cambiantes que ahora nos colocan en el disparadero del todo o la nada... “¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la muerte (...) antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento?” Tremendo interrogante que en metáfora pudiera ser que la Jaén atragantada y que necesita de un sonoro estornudo clama por su despertar más triunfante, el único posible. Por todo ello, el señor Jota vuelve una y otra vez a la ‘libertad peligrosa’ de Zambrano y a Hamlet: “¡Ofelia! Graciosa niña, espero que mis defectos no serán olvidados en tus oraciones”.

muy personal

Eleanor Roosevelt, activista por los derechos humanos: “El futuro pertenece a quienes creen en la belleza

de sus sueños.”.

¡Soñemos pues que el futuro nos

debe más de una

y más de dos!

Carmen García, empresaria: “Fui al banco, me dieron el dinero y aquí estoy, con mi cafetería; mi marido me preguntó si estaba bien de la cabeza y bien no estoy”.

¡La Jaén anónima que trabaja a destajo!

Mar Torres, responsable CC OO-Mujer: “Inexplicablemente, Jaén está yendo para atrás con respecto a Andalucía en temas de salarios de la mujer”.
¡212 euros menos que el hombre!

adivina...

“¿Cómo ves a fulanita?” Le preguntaron al periodista altos cargos del Gobierno andaluz buscando nombres apropiados

adivinanza...

¿Qué alcalde mantiene el visceral veto que su antecesor tenía a un grupo de periodistas de Jaén?