El que no inventa no vive

Ea, otro año más que se aventura el “señor Jota” en esto de ejercer de “enfant terrible” de la crónica diaria de la vida jaenera, no por mal criado ni consentido, por rebelde y hasta indisciplinado, todo hay que decirlo, mismamente porque se ve fuera de los circuitos habituales de la política y el periodismo, la escritura y el saber, impostado e impuesto. También, porque, además, aventurada es la etiqueta manida de subversivo y antisistema cuando se contradice al ‘establishment’ que nos vende la ‘sopaboba’ y la rebusca a su hora. Nada más certero en esto de preñar la palabra de proclamas y denuncias para adentrarse en la decencia y la alegría de vivir. Estamos ante quien viene de largo, por eso sufre, quien apostilla aunque no se le quiera escuchar y, desde luego, no es trinchera contraria al progreso de Jaén. “Escribir es siempre protestar, aunque sea de uno mismo”, de Ana María Matute. Frase sobre frase de una mujer de bandera, una escritora de largo recorrido, pionera y académica, precoz escribiente y comprometida siempre, una amante fiel en esto de juntar días con lunas y soles con estrellas: “Me gustaría ser recordada como una mujer que amó mucho la vida”, decía la Premio Cervantes a quien proclama su devoción el “señor Jota” este 2023 en sus Contracrónicas de fin de mes con un cántico a las ganas de levantarse cada día: “Hay que inventar la vida porque acaba siendo verdad”, que contrapone presurosa Matute a un epitafio mordaz: “Lo peor en este mundo es sobrevivir”. Y a eso es precisamente a lo único a lo que hay que declararle la guerra, a la apatía y la resignación, al victimismo, al todo me da igual, a si llueve o truena, a contar los días que nos quedan por vivir en vez de vivir los días que tenemos que contar, uno a uno y en superlativo contagiante. “La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva (...) El que no inventa, no vive. El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear peldaños que te suban, que te saquen del pozo (...) El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo bueno y lo malo. Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí. El tiempo se lo lleva”. Confiesa el “señor Jota” una empatía que endiosa a la autora de este pensamiento tan vivo y llamativo, tan lleno de felicidad y pragmatismo porque de lo simple hace causa común de vivir y disfrutar cada instante, expande cual mancha de aceite una forma de adentrarse en el mundo que invita de forma permanente a la sonrisa. Si siguiéramos al pie de la letra a Ana María Matute, otro gallo nos despertaría. Y aunque es también suyo: “El dolor es más llamativo que la felicidad”, no olvida el “señor Jota” a su poeta de cabecera: “En un beso sabrás todo lo que he callado”; sublime Pablo Neruda.