Cómo nos sentimos de bien
Con la apertura definitiva del Jaén Plaza ganamos en autoestima >> Necesitados de tantas cosas, el centro comercial viene a llenar un hueco que la ciudad ha hecho suyo >> Es el runrún de la calle
Ha abierto el Jaén Plaza, de nuevo, sin las zarandajas políticas de mayo y aún por explotar toda su capacidad, pero, de nuevo también, lo hemos hecho nuestro, muy nuestro. Las necesidades de esta ciudad y de esta provincia son tantas que los estímulos son el mejor trampolín para la autoestima. Dicho de otra forma, con cualquier cosa nos sentimos bien y si ese objeto es de enjundia, visible y portentoso, pues lo hacemos tan nuestro que el abrazo individual se transforma en un motor social. Les hablo del Jaén Plaza en el paraje de Las Lagunillas, por encima del hospital, viejo y nuevo, y frente al motor de desarrollo de esta provincia y la mayor de nuestras apuestas de futuro, la Universidad de Jaén. Pese al fuego que tanto alarmó, el Jaén Plaza ha caído de pie en la sociedad jiennense, lo comprobaron si estuvieron estos días.
No compramos lo que necesitamos, adornamos el armario por encima de nuestras propias posibilidades, pero es el mundo en el que vivimos, hecho a esa medida de sueldos lampantes con los que trampear la hipoteca, salir de vez en cuando de fiesta y de volver a hipotecarnos con la tarjeta de crédito. Lo aceptamos y nos manejamos como podemos trapicheando para comprar mejor, vivir mejor y, picaresca española tradicional, ser entre nuestros amigos los que le buscamos las mejores esquinas al enredo. Pero esa es otra historia, la de esta Crónica de la Semana número 1.596, a diez días de cumplir 31 años de domingos ininterrumpidos, tiene imperiosamente que hacerse eco de lo que la gente habla en Jaén, si has estado o no has estado en el Jaén Plaza. Es el verdadero runrún de la calle, alejado de la caldera política, que también. Pero hoy suspiramos orgullosos por cómo hemos dado un salto de gigante en autoestima como ciudad y como provincia con un centro comercial que engrandece nuestra autoestima y debe engrandecerse con marcas que faltan y con cines que deben hacernos volver a un mundo, el de la imaginación que llena corazones. Jaén es más ocio, tenemos más ofertas, hay que apuntalar la economía si las autoridades se ponen.
A la política corresponde la responsabilidad de la representación ciudadana, no la de prender cerillas. Marca la Constitución los derechos de los españoles, de igual forma que como ciudadanos libres nunca debemos olvidar que tenemos nuestros deberes y es a la Constitución a quien se apela en los conflictos graves como el que vivimos con un marco de convivencia que nos trajo hasta aquí. Protestemos siempre y cuando queramos, en los márgenes que nos marca la ley, expresemos nuestra opinión como queramos dentro de ese marco de orden y, también, asumamos que democracia son mayorías y minorías.
No hay milagro como el de las panes y los peces para el Ayuntamiento, pero algo hay que hacer, no sólo decir. Ha dado la voz de alarma el alcalde de Jaén, Agustín González, sobre la situación económica del Ayuntamiento, nada nuevo. El ciudadano de pie, a poco que ponga oído conoce que somos el peor de España en las cuentas y a la par le sorprende cómo hay quien da el paso de hacerse cargo de las riendas municipales. El Ayuntamiento en ruinas y el alcalde volviéndolo a decir, esta vez con más énfasis porque “no se pueden pagar a los proveedores”. Aunque sea verdad, no debe decirlo y decirlo y decirlo y decirlo.
Jane Goodall, primatóloga: “El mayor peligro que nos depara el futuro es la apatía”.
> ¡Alegres, valientes y solidarios!
María Muñoz, presidenta de ADACEA: “Hay que unir al sector social y sus necesidades con la fuerza de la Administración, no hay otra forma de avanzar frente a la discapacidad con recursos”.
> ¡Mujer comprometida e imprescindible!
Ildefonso Jiménez, bar “La Cantina”: “Un buen bar lo hacen sus clientes y quien está detrás de la barra”.
> ¡Que no se pierdan los buenos taberneros de Jaén!
> Ensoberbecida por el ego, ha dejado a su sucesor unos contratos de imagen que superan con creces los 200.000 euros
> La gran apuesta personal del alcalde y apenas ha trabajado unas semanas, el resto del tiempo ni estaba ni se le esperaba