Adentro de las sierras y los serranos

Hay que adentrarse en las tierras de nuestros ancestros, alejadas de todas las rutas de la modernidad y la lluvia de millones de la democracia, para comprobar de qué pasta estamos hechos, cuál será nuestro destino a tenor de un ADN de recia fortaleza, que ha vivido sumido en el permanente pisoteo. La eterna lucha de clases, diría el “señor Jota”, para quien no se puede ni se debe hacer ningún diagnóstico de Jaén y sus gentes si no se viaja por las sierras, para quien todo es inútil, completamente superfluo, si el análisis está basado en sesudos estudios científicos que se hacen desde el calentito despacho de un experto en números, olvidando la condición humana y sus penalidades, también sus imposiciones. El “señor Jota” quiere hacer hoy especial hincapié en la sorda resistencia de algunos jabatos contra la Administración. Era despecho puro, pero sonaba también a cruel proclama de la resignación de esta tierra: “No me siento de Jaén aunque naciera aquí, soy catalán y quiero la independencia”. Por cientos se cuentan los serranos que se marcharon de sus raíces porque el dios ICONA los fue arrinconando con multas, ni podían tener cabras ni ovejas para darle leche a los hijos, tampoco un huerto con el que llevar hortaliza a las ollas... Ante semejante despliegue, las aldeas de las Sierras de Cazorla se fueron despoblando (Nava de San Pedro, Coto del Valle o Los Tíscares), había que hacer un coto nacional para el generalísimo y hasta se construyó un parador para que los enchufados del régimen durmieran con sábanas relucientes. “Solo tengo amargos de lo que allí viví de pequeño y de cómo mis padres sufrían con los guardas, todo es historia, ahora vivimos felices en lo que será un país libre muy pronto”. Sorprende y duele, al “señor Jota” se le atragantan esas palabras de jiennenses nacidos aquí que braman porque los echaran, sin que nadie intercediera por ellos, mientras las casas de los ingenieros sí que arrasaban pinos o eran proveídas de servicio con cofia. Otra Jaén no tan lejana, la del Goliat de la Administración dictatorial frente a un David empequeñecido por el hambre y por el frío, por la desesperación y la impotencia de clamar al cielo sin que llegase ayuda, es por ello que Cataluña o Mallorca es su paraíso terrenal, lengua incluida. Se ve, dice el “señor Jota” que la Administración sigue con gestos de antaño, mantiene los abusos, también empeñada con Segura, no de otra forma se entiende el vaciamiento por expropiación forzosa de aldeas como Las Huelgas, Las Canalejas, Los Goldines, Los Archites, Las Espumaredas, Los Miravetes... En Arroyo Canales y Río Madera pinta que va a explotarle algo en las manos a Goliat Medio Ambiente, porque se ha creído que David sigue desarmado y solo. Y no.