Unidos contra la crisis

El escenario que dibujan los economistas resulta poco halagüeño a las puertas de un otoño y un inviernos que se presagian duros. No hay que se un experto para darse cuenta de que la situación no hay por dónde cogerla. La guerra de Ucrania es la principal culpable del incremento de los precios y de los costes de producción de la mayor parte de los sectores que mueven la economía. Está claro que la inflación llegó para quedarse y la amenaza del aumento de las hipotecas es ya una realidad que asusta al maltrecho bolsillo de los jiennenses, de los andaluces y, en general, de todos los españoles, porque nadie escapa a la que se avecina. En el escenario actual, una vez que los bancos centrales tienen la decisión tomada de intervenir con sonoros incrementos de los tipos de interés, la cuestión que se deberá resolver en el medio plazo es qué grado de recesión será asumible por las economías a cambio de frenar la escalada del IPC. Lo que pasa en Estados Unidos se puede extrapolar a Europa en un abrir y cerrar de ojos y, en este sentido, mantener la unidad de todos los países será el mejor remedio para luchar contra las consecuencias de una incertidumbre agudizada por la crisis energética. El problema de la subida de los precios es grave y urge una solución en forma de pacto de rentas. Los sindicatos empiezan a reivindicar subida salarial en un momento en el que todavía hay moderación. Medidas como las impulsadas por el Gobierno central, dispuesto a aceptar rebajar impuestos que gravan el consumo donde hay un exceso de recaudación, son las correctas, según los especialistas, para sortear una crisis que se encadena tras otra desde el estallido de la pandemia del coronavirus en el mundo.