Una fecha en el calendario

El modelo de ciudad que todavía está en proceso de construcción, con la recuperación de la capitalidad como principal objetivo, tiene la puesta en funcionamiento del primer tramo del tranvía como eje principal. Jaén ha perdido diez años de desarrollo por culpa de una decisión política que hizo que una infraestructura millonaria e histórica quedara postrada al abandono. Pronto se cumplirá una efeméride que debería de sonrojar a los responsables institucionales con competencias en la materia, que son unos cuantos, aunque pretendan echar balones fuera y dejar la pelota el tejado ajeno. El caso es que hubo connivencia entre administraciones con diferente signo político para desbloquear el sistema tranviario y, dos años después de aquella fotografía para el recuerdo y de titulares que llenaron portadas, la sensación que tiene el ciudadano —y que es una realidad como un templo— es que todo sigue igual. Faltaba compromiso presupuestario en la Junta de Andalucía para arrimar ese 75% de lo que costará la explotación, que quedó solventado. Faltaba el correspondiente al Ayuntamiento, el 25% restante, que también quedó arreglado mediante acuerdo plenario. Y, ahora, solo falta una firma, dos como mucho, la de la extinción del acuerdo anterior y la del nuevo. Ponerse de acuerdo para fijar una fecha en el calendario parece misión imposible. Sin embargo, es hora de que la sociedad reclame lo que le pertenece, porque el debate de la construcción del tranvía es agua pasada y, ahora, lo que toca es verlo en circulación, contribuyendo a la reducción de la contaminación y a la sustitución de vehículos particulares por un transporte limpio, seguro y propio de una ciudad moderna.