Una carretera muy peligrosa

La N-432 se cobró en la jornada del martes una nueva víctima mortal y dejó dos heridos graves en un choque frontolateral en una carretera que se ha ganado a pulso el calificativo de peligrosa por su largo historial de graves accidentes, en especial en varios tramos que discurren por el término de Alcalá la Real. La carretera, que une Granada con Badajoz, tiene una alta densidad de tráfico, también pesado, y, aunque se han efectuado mejoras en su trazado y desvíos, es un hecho contrastado que el número de víctimas mortales y accidentes obedece a una ecuación en la que están entre los factores el mencionado flujo de tráfico, numerosas intersecciones y, en esta época del año, riesgo de bancos de niebla y placas de hielo. Desde hace décadas se plantea una conversión en autovía que no se produce por clara falta de interés político y, también, por la ausencia de un impulso ciudadano que inste a los políticos a tomar la demanda de esta infraestructura más en serio. Y es que la plataforma que pide su conversión tiene más fuerza en Córdoba, por ejemplo, que en la provincia jiennense. Sobre el papel esta autovía tiene el nombre de A-81, pero no hay partidas presupuestarias que indiquen que será una realidad en breve por más que haya una necesidad evidente en un cambio y mejora de trazado que solo puede avanzar con su conversión en autovía. Pero, al margen de la evidencia de los usuarios que transitan obligatoriamente por ella, queda el informe del pasado 2019 realizado por EuroRap que sitúa el tramo comprendido entre Alcalá la Real y el límite con Granada como el segundo más peligroso de toda la red de carreteras de Andalucía. Este dato debería preocupar mucho a la ciudadanía y a sus representantes.