Un rescate para la autoestima
La cerveza El Alcázar regresa a las estanterías de bares, restaurantes y establecimientos en general con fuerza. La multinacional Heineken, con la mirada puesta en la particular fábrica de La Imora, se sensibiliza con un sentimiento muy jaenero y, fiel a sus intenciones, reedita un clásico entre los clásicos con sabor a zumo de cebada. La empresa, adaptada a un proceso de modernización mediante el que introdujo las más novedosas tecnologías, como el caso de las innovadoras líneas de envasado que incorporan los últimos avances, demuestra, a la misma vez, una importante apuesta por mimar los procesos más artesanales y tradicionales de elaboración de cervezas, como la fermentación, maduración y filtración, que aún se realiza con esmero de forma manual. La compañía holandesa propone a los consumidores más acérrimos el regreso a los orígenes con el lanzamiento de una marca que tiene una identidad propia y que renace en el mismo lugar en el que nació hace más de noventa y un años. La nueva botella recupera el color verde original de 1928, el año de su fundación, además del icónico Castillo de Santa Catalina, emblema de todas las etiquetas desde su origen. Lo mismo ocurre con “El Águila” en Madrid, nacida en 1903 en el barrio de las Delicias y recuperada, ahora, por Heineken. El rescate impulsado por esta firma empresarial supone un plus de diferenciación que contribuye al incremento de la autoestima de los jiennenses, tanto cerveceros como no cerveceros. Sin duda, “El Águila” y “El Alcázar” se suman al ya extenso portfolio de la compañía que cuenta con conocidas marcas como Cruzcampo, Amstel, Guinness, Paulaner o Desperados. Una buena noticia que hace más grande la fábrica de La Imora.