Un relator y explicaciones
Uno de los peligros que acechan al diálogo entre el Gobierno Central y la Generalitat, con los Presupuestos Generales del Estado en plena negociación, es trasladar a la opinión pública que el Ejecutivo de Pedro Sánchez esta dispuesto, valga la expresión, a pasar por cualquier aro con tal de aprobarlos y reducir tensiones, a su vez, con los secesionistas catalanes. En este contexto salen a la luz los 21 puntos de Torra, el presidente poco honorable de la Generalitat, y con ellos la figura de un “relator” que estará en las reuniones ¿bilaterales? entre los representantes gubernamentales y los consejeros de la comunidad autónoma. Una figura que antes de ser carne de debate político y público sería necesario que el Gobierno hubiera explicado en su justa medida, porque está sujeta a ser malinterpretada. De hecho, en las propias filas socialistas la posible utilización política de este “mediador” causa muchos recelos porque las inminentes elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina y cualquier error de estrategia puede tener efectos directos en el electorado. El caso de Andalucía es un aviso a navegantes. El argumento ha sido esgrimido en varias ocasiones, pero no por repetido debe olvidarse, cualquier aspecto que afecte al país debe ser tratado en sede parlamentaria o cuando menos en el Consejo Territorial al que ya han apuntado algunos presidentes autonómicos socialistas. El diálogo abierto corre el peligro de no tener la luz y taquígrafos de una opinión pública española muy cansada de la permanente extorsión de los nacionalistas. Otra cosa es el aprovechamiento facilón que la oposición, con marchas convocadas, haga del asunto. Antes de eso, hace falta más información.