Un regreso a clase meditado

    10 sep 2020 / 17:34 H.
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    Pronto se cumplirán seis meses de la última vez que los colegios tuvieron niños y profesores en perfecta convivencia en las clases. La pandemia del coronavirus echó el cerrojazo, cambió por completo la enseñanza y obligó a la comunidad educativa y a las familias a un replanteamiento general del nuevo curso. 58.215 escolares y 4.698 maestros de Educación Infantil, Primaria y Educación Especial regresan a las aulas en una jornada muy esperada y, a la vez, repleta de incertidumbre. Lo que debería ser una jornada de jolgorio y de reencuentros se convierte en un día repleto de nerviosismo y de miedo al contagio, sobre todo por lo inédito de la situación e, incluso, del exceso de mensajes contradictorios procedentes de fuentes de dudosa solvencia. Septiembre parecía lejano en el tiempo y, al final, llegó cargado de dudas en torno a una realidad que siempre estuvo y que, quizás, nadie quiso ver hasta que no llegó el momento de la verdad. Las comunidades más opositoras al Gobierno central, entre ellas Andalucía, reclamaron desde el principio la gestión de la pandemia y, sin embargo, ahora critican que se encuentran con una responsabilidad que no les pertenece, más en una materia tan sensible que puede llegar a suponer un conflicto con los derechos humanos. En cualquier caso, hay un plan diseñado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía que garantiza la seguridad en esta atípica vuelta al colegio y que permite que los alumnos comiencen el curso, algo imprescindible en todos los ámbitos de sus vidas, con independencia de si, en el transcurso de los meses, hay que aplicar cierres parciales en centros que se vean afectados por la covid-19. No habrá pasos en falso porque la salud en lo primero.

    Editorial