Un ministro en difícil trance

23 jun 2016 / 18:00 H.

El ministro de Interior y candidato del PP por Barcelona a las elecciones generales, Jorge Fernández Díaz, tiene un severo problema y con él el Gobierno al cierre de la campaña electoral. La difusión de la grabación de una conversación hace dos años entre el propio ministro y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, difundido por el “eldiario.es”, detalla como acordaban la mejor forma de filtrar a los medios de comunicación un caso que investigaba dicho organismo en la comunidad catalana y que, en breve, pasaría a los tribunales de Justicia. El asunto que mencionaban en la conversación, ahora difundida, afectaba a dos consejeros del ejecutivo de Artur Mas en la Generalitat, Felip Puig y Francesc Homs, por prevaricación para “colocar” a dos familiares suyos. En dichos audios se llega, incluso, a escuchar al propio ministro establecer la mejor estrategia para hacer llegar a la Fiscalía los documentos. Todos los grupos políticos, a excepción del PP, piden la dimisión del ministro por utilizar el aparato del Estado contra los partidos que, en ese momento, estaban en pleno proceso independentista. Al margen del recorrido judicial de los casos, y que el ministro sostiene que es solo una parte de una extensa conversación, todo lo que se reproduce tiene la suficiente gravedad como para que el ministro dimita. Aunque al ministro lo que le preocupa es el cómo se ha obtenido la grabación —que requiere un capítulo aparte— lo relevante de inicio para la opinión pública es el contenido. Y, en ese sentido, todo huele a podrido cuando se especula con filtraciones y se intenta medrar o influir en cómo la Fiscalía General del Estado se debe interesar por una causa abierta. Mal de principio a fin.