Trump y el cambio climático

29 may 2017 / 11:07 H.

El presidente de EE UU, Donald Trump, despeja las dudas sobre la posición que adoptaría su país ante el Acuerdo de París. Todos los precedentes apuntaban a que no había motivos para el optimismo. La hoja de ruta defendida por el republicano tanto en su campaña electoral como en sus primeros meses de mandato certifican un preocupante cambio de rumbo en las políticas sobre cambio climático alentadas por su predecesor, Barack Obama. En la cumbre del G7 de Taormina, celebrada en Sicilia, el mandatario estadounidense, a diferencia de los representantes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea, se desmarcó del acuerdo sobre el cambio climático de París.

Trump, en su aún corto periodo como presidente de EE UU, ha puesto las bases para el desmantelamiento de todas las medias para la reducción de las emisiones a la atmósfera y para la recuperación de las energías fósiles. Ambas decisiones se ratificaron en la firma de una de sus ya icónicas órdenes ejecutivas. Bajo las máximas de “recuperar puestos de trabajo, volver a cumplir sueños y hacer que América sea rica de nuevo”, pisotea el espíritu del Acuerdo de París, que supuso todo un hito en su momento, por el amplísimo consenso generado en un compromiso sin precedentes con el medioambiente. Inquieta un cambio tan radical y una involución de esas características abanderada por el país más poderoso del mundo, que lanza por la borda de un plumazo el compromiso con el respeto al planeta y con las generaciones venideras. Negar el cambio climático y priorizar argumentos mercantilistas por encima de la preservación de la Tierra será algo que no solo se juzgue ahora, sino que la historia también pedirá cuentas a sus protagonistas.