Sigue el drama humanitario

    23 may 2022 / 16:37 H.
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    La situación en Ucrania es cada vez más complicada, hasta el punto de que el presidente, Volodimir Zelenski, alerta de las dificultades tan extremas que viven los habitantes en el Donbás. La comunidad internacional se ve atada de pies y manos ante una injusticia tras otra contra la que luchan con una sola arma: el envío de ayuda humanitaria y de armas. El problema es que el conflicto, lejos de encontrar solución, se recrudece, de tal forma que cada vez es más evidente el peligro de fractura en el seno interno de la Unión Europea. Lo único que se mantiene intacto es el afán de superación del presidente ruso, Vladimir Putin, en cada operación militar y estrategia económica. También sigue firme la unidad de acción de Estados Unidos y los aliados de la OTAN, con una implicación en aumento de Occidente en la guerra a través de la ayuda militar dispensada al país invadido y de la acogida en territorio de la Unión Europea de millones de refugiados. Queda claro que la brutalidad y la sinrazón impuestas por Rusia confirman su rechazo a la diplomacia y el diálogo mientras señalan que la guerra y la muerte son las cartas con las que el máximo dirigente pretende moverse en el tablero internacional. Mientras tanto, Finlandia y Suecia quieren entrar en la OTAN, lo que abre, inevitablemente, una nueva fase de incertidumbres acerca de las consecuencias colaterales de la invasión. No solo por los avisos que Rusia ha empezado a enviar a los finlandeses, concretada de momento en el corte de la exportación de electricidad a sus vecinos, sino también por la reacción inmediata de Turquía y las posibles objeciones de Hungría a la operación. La batalla se presagia larga y costosa.

    Editorial