Sensibles ante la adversidad

08 jul 2017 / 11:09 H.

Que un matrimonio lleve más de cuarenta días en el Parque de la Concordia, sin un techo bajo el que cobijarse, es una situación que no debería dejar indiferente. Ni a administraciones, ni a colectivos, ni a ciudadanos. No es un buen indicativo que una sociedad se acostumbre a que la pobreza y la exclusión formen parte de su paisaje. No deben instalarse en lo cotidiano imágenes de personas que duermen en cajeros, de colas para cenar en un comedor social o para el reparto de comida en bancos de alimentos y parroquias. Nuestras retinas no deberían permanecer insensibles ante el dolor de quienes se ven obligados a abandonar la que fue su casa por carecer de un empleo para hacer frente a la hipoteca. Lo denunciaba Cáritas recientemente con preocupación y advertía del peligroso proceso de “normalización” de la pobreza.

Ante esa realidad hay quienes deciden revelarse, romper con el conformismo y con su ejemplo dan toda una lección de humanidad y solidaridad a la sociedad. Intentan buscar soluciones, aportar lo que pueden para cambiar la realidad. Irene Morales, la jiennense que dio a conocer en las redes sociales el caso de María y Miguel, ha demostrado ser una de esas personas. Su denuncia grabada en vídeo no ha caído en saco roto y son decenas de personas las que se han pasado por el céntrico parque no solo para llevar algún alimento, sino también para escuchar y compartir su tiempo. Con independencia de los antecedentes y los pormenores de esta historia que han empezado a trascender, tranquiliza saber que hay muchos ciudadanos de buen corazón, que no se conforman ante la adversidad ajena.