Salud mental ante la covid-19

    11 oct 2020 / 19:14 H.
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    La semana que termina, además de las dificultades que conllevó derivadas de la pandemia, estuvo marcada por dos jornadas que se celebran cada año de manera especial: El Día Mundial de la Parálisis Mundial —6 de octubre— y el Día Mundial de la Salud Mental —10 de octubre—. El coronavirus empañó las tradicionales actividades en torno a unas conmemoraciones que tratan de hacer visibles los problemas que tienen quienes están afectados por alguna de estas patologías y, sobre todo, concienciar a la población y a las administraciones públicas de la necesidad de apostar, en forma de inversiones, por servicios públicos de calidad. Queda claro que la covid-19, aunque los profesionales hicieron lo habido y por haber por continuar con las terapias y los tratamientos oportunos de una forma diferente, dejó huella en los usuarios de los centros que hay en la provincia ante un cierre espontáneo que cambió por completo las fórmulas de trabajo. Los especialistas aseguran que, en cuanto a los problemas de salud mental, arreciarán por culpa de una pandemia sin precedentes en la historia. El mundo en el que vivimos ahora nada tiene que ver con el que teníamos hace apenas unos meses. El virus hace estragos en muchos ámbitos de nuestra vida. La enfermedad ha matado a millones de personas, ha puesto en cuarentena a gran parte de la humanidad, ha destruido puestos de trabajo y ha tejido un tupido velo de incertidumbre y miedo sobre el futuro, porque nadie sabe con certeza qué pasará a partir de ahora. Los expertos manifiestan que la pandemia afecta a la salud mental individual y colectiva. Es el momento de apostar por lo público, invertir en una mejor sanidad y retener a los profesionales.

    Editorial