Retos del socialismo andaluz
La perfecta maquinaria socialista brindó este fin de semana un necesario cierre de filas a la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz. Tras pujar por todo lo alto por la secretaría general del partido en Madrid, la vuelta a la faena andaluza requería un tiempo de aterrizaje. El XIII Congreso Regional, en este sentido, era una cita fantástica para reforzar por un lado un mensaje de unidad que no se discute, recuperar el pulso político y, sobre todo, centrarse en los problemas que tiene que hacer frente el socialismo andaluz si pretende seguir manteniendo el poder en Andalucía. Aunque no han trascendido las intervenciones, convendría a un partido que lleva tanto tiempo en el poder no acomodarse y hacer autocrítica de verdad. La autocomplacencia no es el mejor motor si se quiere cambiar el paisaje de una comunidad que requiere cambios de calado. El paro, sin duda, es uno de los mayores lastres que mantiene la comunidad y se requiere una acción de gobierno novedosa y ágil para invertir una tendencia que afecta a toda la comunidad, pero que es, especialmente, sangrante en la provincia de Jaén. Es un reto mayúsculo que, sin embargo, pareciera que no fuera una batalla lo suficientemente relevante para pasar a la historia política de España. El propio partido tiene ante sí el reto de renovar jerarquías, introducir perfiles nuevos para un socialismo que no se puede clonar solo del partido. También de los errores pasados es necesario extraer conclusiones tengan o no reflejo en sentencia judicial, de lo contrario, los corruptos tendrán la sensación de que pueden seguir integrados en el sistema. Retos distintos, pero a la postre, fundamentales para dar credibilidad al partido y a su futuro.