Protección del casco antiguo
Los cascos antiguos son, por lo general, de donde nacen las ciudades. Fueron el centro de las mismas cuando se originaron. En la mayoría de los casos, el también llamado casco histórico es el núcleo original de una urbe, donde se fundó y se desarrolló inicialmente, desde donde empezó su crecimiento. Con el tiempo, los municipios se expanden, pero el casco antiguo suele mantener su importancia histórica y cultura, y es que, en estos espacios, se suelen encontrar edificios emblemáticos, monumentos y otros elementos que reflejan la identidad de una ciudad, de ahí la importancia de cuidarlos desde las administraciones públicas, un mimo que se debe traducir en inversiones, como la que acaba de ejecutar el Ayuntamiento de Jaén en la calle Elvín, un lugar degradado hasta el límite que ahora cuenta con un espacio sociocultural para el que el alcalde, Julio Millán, pide a los vecinos implicación con el objetivo de maximizar su aprovechamiento. Las instalaciones se sumarán a un entorno que ya presume de tener la Catedral de la Asunción gótico-renacentista; el propio Palacio Municipal, un edificio histórico de arquitectura barroca; los restos de las murallas árabes y cristianas; la iglesia de La Magdalena; el Palacio de Villardompardo, que alberga los Baños Árabes y el Museo de Artes y Costumbre Populares; y la mismísima Plaza de la Constitución, entre muchos otros. Jaén no debería dejar morir su casco antiguo, pues de ahí es de donde viene, sus calles guardan su identidad, es el origen sin el que no se podría hablar de la ciudad de luz. Todas las administraciones públicas, sin excepción, deben arremangarse e invertir en el casco antiguo para que demuestre a propios y extraños qué es y qué significa ser de Jaén.