Pros y contras de la A-32

    27 sep 2022 / 16:31 H.
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    La construcción de la autovía que conecta la provincia con el Levante, la A-32, era uno de los proyectos más reivindicados por los alcaldes y los vecinos de los municipios por los que discurre y, fundamentalmente, por quienes residen en la comarca de la Sierra de Segura. La apertura del último tramo, los más de trece kilómetros que unen Torreperogil con Villacarrillo, supone acortar importantes distancias y mejorar en seguridad para quienes, cada día, se ven obligados a transitar por una de las carreteras jiennenses que, según los informes técnicos, más afluencia de tráfico tiene. Falta por terminar e inaugurar el trozo que desembocará en Villanueva del Arzobispo, una apuesta importante por la vertebración territorial que conlleva innumerables beneficios para esta tierra, no sólo en el ámbito social o económico, sino en el turístico, teniendo en cuenta que atraviesa dos ciudades Patrimonio de la Humanidad y conecta con el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. “Más allá de las cifras, esta actuación representa lo que queremos para el futuro de nuestras infraestructuras, porque supone la integración del binomio entre las nuevas infraestructuras y su entorno social y natural”, dijo la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, en su reciente visita a la A-32. Sin embargo, hay dudas en torno a los perjuicios que puede conllevar la creación de esta conexión vial clave para el desarrollo y el progreso: la amenaza de la despoblación. La duda está en si aquellas personas que, por motivos laborales, residen en un pueblo, regresarán ahora a la ciudad ante las facilidades que pone sobre la mesa la autovía para moverse de un lugar a otro. Todo tiene su cara y su cruz.

    Editorial