Precaución por el temporal

El temporal de nieve, lluvia y frío que regala “Filomena” estos días convierte a gran parte de la provincia en una auténtico caos. El Plan de Viabilidad Invernal de las administraciones públicas trabaja sin descanso para que las carreteras estén transitables y no haya percances en la movilidad entre municipios y provincias. Toda precaución es poca en un momento en el que, eso sí, viene bien el agua para llenar los pantanos, cuya media está muy por debajo en comparación con el año pasado a estas alturas. Los agricultores, mientras tanto, están de brazos cruzados en la recta final de una campaña que se ve alterada por las heladas, que son las que más dañan los árboles, y con un rendimiento más deficitario del necesario. A la espera de que el temporal remita, hay lugares que se convierten prácticamente en intransitables, sobre todo en las zonas más altas de la Sierra de Segura, en las aldeas de Santiago-Pontones, donde no es recibo que, en un contexto en el que se apuesta por contribuir a frenar la despoblación, sus vecinos se queden incomunicados, sin luz y sin conexión telefónica. Las inversiones tienen que llegar hasta el último rincón de la provincia, independientemente del número de personas que vivan en ella, precisamente para que la España Vaciada no haga mella en territorios como la provincia. La interrupción del suministro eléctrico es un problema que se repite en municipios de la Sierra Sur en los que no hace falta que llueva o nieve para que sus vecinos se vean obligados a usar la linterna. En pleno siglo XXI, hay escenas que recuerdan a las de otra época y que las administraciones están llamadas a mirar con lupa para buscar la implicación privada y una solución definitiva.