Por un envejecimiento activo
Las estadísticas señalan que el diez por ciento de la población vive sola y que, en la actualidad, hay 4,6 millones de viviendas unipersonales. Se trata de un fenómeno relativamente novedoso en el entorno cultural jiennense, andaluz y nacional que, lejos de decrecer o estabilizarse, se estima que irá al alza. En una de las ponencias que se pudieron escuchar en el Congreso Intersectorial de Envejecimiento y Dependencia, organizado por la fundación Ageing Lab, el profesor Alfonso Cruz expuso que en Jaén capital, por ejemplo, hay 22.549 personas mayores de 65 años y 3.000 viven solas, la mayoría mujeres. Está claro que el auge de los hogares unipersonales está ligado a la modernización de la población longeva y a la determinación autónoma de cómo pasar los últimos días, con especial hincapié en el apego al propio domicilio y la voluntad de no perturbar la normalidad de sus familias. En este sentido, no son personas que se sientan abandonadas. El problema es que la soledad en edad avanzada tiene sus riesgos, porque incrementa la vulnerabilidad a la pobreza, al aislamiento, a la desnutrición y a las enfermedades. En una sociedad como la actual, la clave para promocionar la autonomía personal y prevenir la dependencia está en propiciar un envejecimiento activo. La apuesta, tanto individual como colectiva, tiene que ir en una dirección: acercar los productos y los servicios al domicilio de los mayores, personalizar la atención en un entorno saludable y convertir las ciudades en lugares amigables. Jaén necesita más espacios verdes, bancos confortables, un transporte accesible y actividades que promuevan la participación social a un amplio grupo de la sociedad que, a veces, se siente discriminado.