Pobreza cercana e invisible
Los datos recogidos en los informes sobre pobreza y exclusión social dibujan una realidad preocupante tanto en la comunidad andaluza como en la provincia jiennense. Mientras que la tasa de pobreza en España se sitúa en el 28,6%, en Andalucía supera el 43%. Los estudios realizados, como el elaborado por la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Educación Social, advierten de las dramáticas consecuencias derivadas de los largos años de recesión económica en los que el número familias en riesgo de exclusión ha ido en aumento, en gran medida, como consecuencia de la destrucción de puestos de trabajo y, con ello, la caída en picado de las opciones para salir adelante. Suponen una pobreza invisible y cercana. Invisible por cuanto la integran familias que hasta antes del giro experimentado en la situación económica podían hacer frente con absoluta normalidad a sus gastos, como integrantes de esa gran clase media de la que hacía gala la sociedad española, y que, ahora, se enfrentan a serias dificultades para afrontar el día a día, pero que no reconocen abiertamente las dificultades que atraviesan. Cercana porque están en nuestro entorno, en cada uno de nuestros barrios y nuestros bloques de pisos. Frente a esta realidad, sorprenden los insistentes mensajes que subrayan la recuperación económica, cuando los datos reflejan que esa realidad de los números no se han trasladado a las familias. Son las políticas de empleo el mejor remedio para poder acabar con esas complejas situaciones, pero la realidad de nuestro mercado laboral, informe tras informe, está azotada por la precariedad y la temporalidad de los puestos de trabajo. Por ello, hay escasos motivos para el optimismo.