¿Paramos los desembalses?

01 sep 2024 / 17:13 H.
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No es nuevo, ni dejará de ser tema reivindicativo en los próximos años de persistir lo evidente, el cambio climático y la sequía que no nos abandona. Qué hacemos con los desembalses, sabiendo claramente que nada podemos hacer, pero ¿podemos pararlos como provincia? De forma sorprendente, hay alcaldes que están alzando la voz porque se deja “correr el agua” hacia otras provincias. Es llamativo y desde luego que aplaudible, porque hasta ahora eran solos los agricultores, olivareros en su mayoría, y las organizaciones agrarias quienes lanzaban las denuncias de desembalses masivos por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Desembalses que aún teniendo la justificación del cauce ecológico como justificación no dejan de sembrar dudas en una provincia como la nuestra, cabecera de cuenca pero que no se beneficia en prácticamente nada de acumular agua durante el invierno. Los alcaldes de Siles, con la presa de nuevo desembalsando, y de Arquillos, con el Guadalén cada vez con menos caudal, se manifiestan públicamente contra esa apertura de puertas y denuncian que no se puede regar en sus municipios un agua que les pertenece. Se da la circunstancia de que en Arquillos hay convocada una manifestación para este mismo lunes, en una mecha que puede prender en Jaén, pese a que las lluvias de primavera aliviaron enormemente el estrés hídrico del olivar. Valga como ejemplo de que Córdoba y Sevilla se benefician de nuestros desembalses, de igual forma que Jaén con el del Negratín y el Guadiana Menor que discurre por Pozo Alcón, HIonjares, Huesa y Jódar, contraponiéndolos con el embalse del Tranco, en la Sierra de Segura. Ni una sola hectárea de riego para las tierras segureñas desde que fue inaugurado hace casi 80 años. Y se da otra circunstancia de cómo a Jaén se le mira desde los poderes de Madrid y Sevilla con enorme distancia, el poblado del Tranco, donde vivían los trabajadores de la presa y ahora sus descendientes, tomen nota, no tiene alumbrado público, pese a que hay un generador de electricidad a apenas 50 metros de las viviendas.

Editorial