Otra avería en el ferrocarril

Ocurrió el lunes y, de nuevo, los jiennenses fueron los principales afectados por los retrasos en el tren que conecta la provincia con Madrid. Cuatro horas de espera estuvieron obligados a soportar, en plena ola de calor, los viajeros que cada vez confían menos en este medio de transporte público para viajar. La prueba está en el incremento de la demanda de las líneas directas de autobús. Las redes sociales se convirtieron en la válvula de escape ante el enfado de quienes tienen planificada su jornada y la ven, continuamente, rota por problemas ajenos a su organización. Es más fácil trasladarse en vehículo privado que en tren con origen y destino en la tierra del mar de olivos, por lo que algo falla cuando, en áreas de la sostenibilidad, las administraciones claman por el uso del transporte público. Los jiennenses merecen mejores condiciones de movilidad que las que tienen a su disposición en la actualidad. No valen justificaciones en forma de excusa, compete a todos, independientemente del signo político, poner en bandeja una solución a tanto desagravio relacionado con los servicios ferroviarios, por poner sólo un ejemplo. Tampoco es coherente aprovechar los momentos de debilidad para sacar rédito político, aunque sí es importante la beligerancia cuando llueve sobre mojado. La provincia debe de dejar ser noticia nacional cada vez que se rompe el aire acondicionado de una estación o se produce una avería en una catenaria y tiene que pasar a ser la primera en inversiones que faciliten la vida a los ciudadanos, entre otros asuntos, para evitar que emigre el talento. Si hay buenas comunicaciones, habrá empresas, puestos de trabajo y un mayor bienestar social.