No demos opciones al fuego

    06 ago 2022 / 16:00 H.
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    Tenemos la gran suerte, se dice, de que en Jaén no ha habido un gran incendio todavía este verano, pero es una expresión irreal, porque en Jódar, una zona especialmente árida de la provincia jiennense, un fuego ha arrasado de momento casi 600 hectáreas de pinar y monte bajo, un drama con mayúsculas, sin paliativo alguno. Y no es el único, ciertamente porque las rápidas intervenciones de los bomberos forestales hacen de los conatos, un control rápido y que Jaén no lo lamente más en un verano de cambio climático asumido y con Castilla y León y Galicia como lugares donde se concentra la solidaridad por la magnitud del monte quemado.

    La concienciación general es muy grande contra los incendios, la sociedad en general ha asumido que una colilla desde un coche, una barbacoa en el campo o una simple botella que dejemos abandonada puede servir para que le intensidad del sol provoque un fuego. Luego están los fenómenos naturales como las tormentas eléctricas, pero, en general, es la mano del hombre, la dejadez humana, sin duda alguna, quien provoca los incendios que suponen un ataque sin precedentes a nuestra Naturaleza más cercana y cuyo resultado es la hipoteca para las generaciones del futuro. Toda prevención es poca cuando se trata de incendios y toda llamada a la precaución siempre será escasa porque nos jugamos mucho. También es necesario incidir en que debe reformarse la legislación española para que quienes causen incendios tengan mayores penas porque no de otra forma se asume que semejante atentado puede salir casi gratis a los pirómanos. Los incendios son una lacra contra la que hay que luchar con todos los elementos posibles, también con la ley,

    Editorial