No a la planta de estiércol

    20 jul 2024 / 09:27 H.
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    El Ayuntamiento de la capital da, por fin, un paso adelante con el fin de estudiar la situación en la que se encuentra la construcción de una planta de secadero de estiércol que una empresa construye en una zona residencial del extrarradio. Los vecinos del Puente Jontoya llevan meses con denuncias y movilizaciones para intentar paralizar una iniciativa que resulta, cuanto menos, preocupante, sobre todo en una de las zonas de mayor esparcimiento vacacional de la ciudad que ve alterada la tranquilidad con una iniciativa que se presume perjudicial para la calidad del ambiente. No se ha llegado a retirar la instalación, pero sí hay un compromiso por parte de la Gerencia de Urbanismo para analizarla a fondo. Hay que tener en cuenta que su construcción fue aprobada por el anterior equipo de Gobierno, formado por el Partido Socialista y Ciudadanos. Después llegó el aluvión de alegaciones, fundamentalmente de ecologistas y asociaciones vecinales que, desde que entraron las primeras máquinas al Puente Jontoya, están con los brazos en alto y, a pesar de sentirse respaldados en esta particular “batalla”, han tenido que esperar demasiado tiempo para que alguien tomara cartas en el asunto. Es comprensible la inquietud vecinal derivada de la instalación de una planta de estiércol de grandes dimensiones en un enclave natural ubicado en las inmediaciones de una zona habitada, un efecto negativo que tiene que obligar al Ayuntamiento a buscar una solución, que pasa por el traslado a un lugar más adecuado, allí donde el entorno sea propicio. Tampoco es cuestión de hacer política con un asunto que repercute en el bienestar de los ciudadanos, sino de zanjar la polémica más pronto que tarde.

    Editorial