Máxima exigencia sanitaria

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha fijado finales de agosto para alcanzar la necesaria, y deseada, inmunidad de grupo del 70% de la población, para frenar en seco la covid-19 y atajar la pandemia en nuestro país. En una comparecencia tras el Consejo de Ministros, Sánchez se ha mostrado convencido de que se cumplirá este objetivo. El reto es de grandes proporciones, sobre todo por el punto de partida, puesto que España, y Andalucía con ella, tienen ahora poco más del 7% de la población inmunizada; esto es, con las dos dosis de vacuna inyectadas. Desde mayo a finales de agosto, esta exigencia va a poner a prueba el sistema y su capacidades, instrumentadas en los planes de cada comunidad autónoma. Andalucía, su Gobierno, ha reiterado desde el inicio del proceso de vacunación que está lista, en condiciones y con recursos. A la vez, siempre ha denunciado que el problema era, es, la falta de suministro de dosis necesarias. El plan andaluz, cuando se puedan disponer de entregas masivas como las previstas para mediados de este mes de abril, contempla inyectar 500.000 dosis a la semana de lunes a domingo. No parar. De ahí que ese esfuerzo requerido vaya a ser máximo si se cumple con el requisito mínimo: el suministro adecuado. A estas alturas, tras los problemas iniciales y retrasos en las primeras entregas y, después, con el conflicto en torno a AstraZeneca no se ha podido cumplir el primer objetivo de tener a toda la población mayor de 80 años vacunada en marzo. En Jaén quedan por vacunar 502.041 personas con las dos dosis. A tiempo están autoridades políticas y sanitarias de blindar el proceso de vacunación con todos los medios si es que hubiera algún hilo suelto.